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Suspendida la recuperación de Ándara, el "tercer lago" de los Picos

El codirector del parque, Rodrigo Suárez, ve difícil solucionar los reparos a las normas de calidad ambiental

El antiguo lago de Ándara, a principios del siglo XX

La recuperación del lago de Ándara, ubicado en la parte cántabra del parque nacional de los Picos de Europa, "queda suspendida". Así lo confirmó ayer a este periódico el codirector del espacio protegido, Rodrigo Suárez Robledano, después de que Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) mostrara reparos a la iniciativa a través de un informe. El motivo: el proyecto no permite garantizar que se cumplan las normas de calidad ambiental para las aguas superficiales ni la no afección a las aguas subterráneas y al manantial que da origen al río Udón.

El codirector del parque había enviado a la Comisaría de Aguas de CHC el proyecto de recuperación del lago de Ándara para una evaluación previa el pasado octubre. Según Robledano, los reparos mostrados por CHC son "difíciles de solucionar, no parecen factibles". Aunque la dirección del parque no se había manifestado de manera oficial sobre los plazos para rehabilitar Ándara -conocido como "el tercer lago"-, las vistas están puestas en este 2018 en el que se cumple el primer centenario del parque, entre otras efemérides.

El anuncio ha supuesto un varapalo para el ayuntamiento cántabro de Cillorigo de Liébana, en cuyos términos se encuentra el recurso. Los lugareños no ocultan allí su malestar con el anuncio de CHC y defienden la importancia del lago como atractivo turístico para el desarrollo de toda la comarca de Liébana. A su juicio se trata de una oportunidad única para dinamizar una parte del macizo oriental del parque que considera "olvidado", y ponerlo al nivel del concurrido teleférico de Fuente Dé.

La incomprensión de los lebaniegos es mayor por el hecho de que existen estudios de un equipo de la Facultad de Geología de la Universidad de Oviedo que avalan que la rehabilitación es posible. Dichos estudios permitieron identificar el punto por el que se produce la fuga de agua que hizo de un lago de 40.000 metros cúbicos una pequeña laguna de 20 metros de diámetro y apuestan por taponar la galería por la que se infiltra el líquido, además de impermeabilizar el terreno.

El embalse natural, de menor tamaño que los dos asturianos Enol y La Ercina, se desecó entre 1915 y 1920 a causa de la actividad minera para la extracción de plomo y zinc. El alcalde cangués, José Manuel González, ya mostró su apoyo a las reivindicaciones de los vecinos cántabros. "Hay que dejar de lado los localismos. Todo lo que sea recuperar y mejorar sería bueno para todos", sentenció.

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