Una delegación de vecinos procedentes de los concejos de Parres, Piloña, Onís y Cangas de Onís protestaron ayer en Arriondas por el estado de abandono de la piscina climatizada local. Los usuarios presentaron cerca de quinientas firmas en el registro del Ayuntamiento parragués con el fin de urgir el arreglo de parte de las instalaciones, dañadas tras las riadas que asolaron al concejo en de junio de 2010.

En una primera etapa, en noviembre de 2011, se rehabilitó el vaso principal de la piscina climatizada de Arriondas pero la zona de spa (chorros e hidromasaje) y las saunas, ubicada en el sótano, nunca volvieron a funcionar.

Los usuarios de las instalaciones consideran que "ha pasado un tiempo más que razonable" para poner en marcha de nuevo este servicio, bien sea en su vieja ubicación o en una nueva, a más nivel de altura, para evitar nuevas averías por inundaciones. Por eso iniciaron el pasado febrero una campaña de recogida de firmas que ayer entregaron en el consistorio. Además solicitaron una reunión con el concejal de Deportes de Parres para tratar el tema. A medio plazo no descartan efectuar otros actos reivindicativos.

Los portavoces del grupo, Nieves Feliz y Ángel Ardines , apuntaron ayer a que la recuperación de la sauna repercutiría en un aumento del número de usuarios de la piscina de Arriondas. "Queremos recordar que una parte importante de los usuarios lo son por prescripción médica", dijeron. "Es una reivindicación apartidista y tampoco se trata de ir en contra del Ayuntamiento, si no más bien de hacer fuerza común para que con su esfuerzo y sacrificio se recuperen los servicios", explicaron. Entre quienes se concentraron en el consistorio parragués para reclamar el arreglo de la piscina de Arriondas se encontraba la vecina de Onís Mª Ángeles Guerri, que urgió la instalación de un vaso más pequeño para hacer una piscina infantil. "El agua de la piscina normal no es apto para bebés. Mi última nieta tendrá que ir lo más cerca a Llanes o Nava para aprender a nadar si esto no se arregla", lamentó.

Tras las inundaciones de 2010, el Ayuntamiento de Parres planeó una ampliación de la piscina de Arriondas. El equipo de gobierno firmó durante el mandato del socialista Marcos Gutiérrez Escandón un convenio de colaboración con la Consejería de Cultura por el que recibía una subvención de 250.000 euros en dos fases. Sin que constara la justificación de los terrenos exigida en el convenio, el Principado ingresó la primera tanda.

No fue hasta unos días después cuando el consistorio parragués movió ficha para pedir a Confederación Hidrográfica los permisos de obra, que fueron denegados. El Ayuntamiento tuvo que devolver la subvención, más 29.029,45 euros por gastos de demora.

Lo mismo ocurrió con las calderas de biomasa de la piscina, para las que Parres recibió 60.000 euros de la Consejería de Industria. La instalación se retrasó por las inundaciones de 2010 y se hizo con un modelo inferior, no acordado, que supuso la firma de un contrato de 57.903 euros y que obligó a devolver el dinero restantes más 3.457.51 euros de demora.