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"Esto es una carrera de fondo", dice el colectivo que recupera la iglesia de Moru

La restauración del mural de la bóveda, tarea pendiente de la "aventura imposible"

José Enrique Soto, José Manuel Rosete, José Antonio Martínez, Ana Fernández, Carmen González, José Manuel Gallego y Maribel Blanco, delante de la iglesia de Moru. C. MURUZÁBAL

"Cuando empezamos con todo esto me contaron que una persona en Ribadesella estaba diciendo que unos chiflados querían restaurar la iglesia de Moru". Diez años han pasado desde que Ana Fernández consiguió reunir a un grupo de personas que emprendieron una tarea que parecía imposible: restaurar la iglesia de San Salvador de Moru, en la localidad riosellana de Nocéu.

Hoy, tras una década de mucho trabajo y esfuerzo, el objetivo está muy cerca y la presidenta de la asociación recuerda cómo empezó todo. "La asociación surge después de muchas conversaciones entre muchos vecinos que hablaban de restaurar la iglesia. Recuerdo escuchar esas conversaciones toda la vida, así que en 2008 mi padre y yo nos planteamos la posibilidad de hacerlo, y en la fiesta de San Salvador ya conseguimos que se unieran cerca de cien socios".

Fernández cuenta que el objetivo de esta "aventura imposible", en un principio, no era restaurar el templo, una tarea que veían prácticamente inalcanzable, sino "recuperar lo que se pudiera". Pero lo cierto es que tras muchos años de obras e incertidumbre, están consiguiendo lo que nadie creía posible. Además, la presidenta de la asociación opina que una de las claves del éxito ha sido la calma y tranquilidad que han mantenido durante todo el proceso. "Hay que saber que esto es una carrera de fondo y plantearse siempre metas alcanzables", explica.

Ahora, tras diez años de intenso trabajo, ya solo queda la restauración de la pintura mural de la bóveda. Eso sí, no todo fueron buenos momentos. "Hubo algún momento clave. Por ejemplo, en la obra del tejado contábamos con un dinero que no llegó. Fue una situación dificultosa y te sientes rendida, pero acabamos saliendo", recuerda.

Sin embargo, y a pesar de la satisfacción por las metas logradas, Ana Fernández hace una reflexión por "todos esos edificios que son patrimonio y no tienen a nadie detrás". "Uno de nuestros objetivos es promover el disfrute del patrimonio porque solo así puede conocerse y protegerse".

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