Manuel Herrero Montoto (Oviedo, 1950) es cirujano de profesión y ha ejercido hasta su jubilación en el Hospital Álvarez Buylla de Mieres. Sin embargo, su pasión por las letras le ha llevado a escribir varios libros. Y el último es, sin duda, el más especial, pues se trata de la biografía de su abuelo. "Un abuelo de cine" cuenta la historia de Modesto Montoto (1875-1950), un fotógrafo piloñés, a través de los diarios que él mismo dejó y a los que ahora su nieto ha dado forma. Ayer, Herrero acudió a la localidad piloñesa de Villamayor para presentar este trabajo, el escenario en el que su abuelo escribió tantos de esos cuadernos y sacó tantas de sus imágenes.

- Por lo que sabe de él y lo que ha leído en sus cuadernos, ¿cómo era su abuelo?

-Modesto Montoto fue un hombre polifacético que vivió prácticamente toda su vida en Villamayor, aunque hizo viajes extraordinarios a Cuba. En Piloña tenía junto a mi abuela una tienda de ultramarinos, era un comerciante, pero su pasión era la fotografía. Tenía una personalidad muy especial.

- ¿Cómo surgió esa afición de su abuelo por la fotografía?

-Empezó a fotografiar lo más inmediato a él, fijándose en el campesinado, en la burguesía que empezaba a haber en aquella época y en los personajes de la zona. Cogía la cámara de fotos y viajaba por toda la región, así que lo contrató la revista "Asturias", una publicación que editaba el Centro Asturiano de La Habana, porque con sus fotografías acercaba la tierrina a los emigrantes.

- ¿Y de la fotografía pasó al cine?

-Sí, después hizo junto a Julio Peinado la película "Bajo las nieblas de Asturias", que dirigió Manuel Noriega. Tenía actores de sobra porque tuvo once hijos, así que hizo esta película, que rodó en muchísimas partes de la región, y él mismo la llevó a Cuba en barco para acercar Asturias a todos los emigrantes que había allí. Una vez en Cuba, a pesar de que habían prometido ayudarle, las cosas no fueron bien y le pusieron trabas, pero él volvió contento. Además, junto con la película llevó dos documentales: "Llanes y su Partido" y otro sobre Covadonga.

- Usted se basa para escribir su libro en unos cuadernos que encontró que estaban escritos por su abuelo. ¿Qué contaban?

-En los cuadernos había unos testimonios preciosos sobre su vida. Encontré cuatro. En un de ellos se relataba su infancia, en otro su vida en la tienda de ultramarinos, en el tercero explica los momentos en los que empieza con la fotografía y ese viaje a Cuba con la película y en el último narra la Guerra Civil en Villamayor.

- ¿Qué ha significado para usted escribir este libro? Es casi como si lo hubiera hecho con su abuelo.

-Significa todo. Yo nunca le llegué a conocer, porque cuando yo estaba naciendo en una habitación él estaba muriendo en otra, fue un cruce casi un poco hasta metafísico. Desde siempre tengo dos autorretratos de mi abuelo y cuando descubrí los cuadernos y decidí escribir el libro incluso hablaba con él.

- ¿Tiene alguna otra publicación en el horizonte?

-Sí, estoy terminando una trilogía y el último libro se va a llamar "El grito de Omara".