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Colombres abraza a Marruecos

"Ha sido una experiencia increíble", dice la colombrina Gloria Berdayes tras un raid solidario en el país magrebí

"Me faltan palabras para describir lo que sentí. Ha sido una experiencia alucinante". La colombrina Gloria Berdayes no se cansa de contar una y otra vez los detalles de la experiencia más intensa de su vida. Junto a su marido, Miguel Ángel Garrido, han sido los únicos asturianos en el "Oasis Raid", un evento que une deporte y aventura en el que ha tomado parte gente de toda España con una única finalidad: ayudar a los más desfavorecidos de Marruecos.

"Nos sentimos como los Reyes Magos", dice Berdayes. Integrados en el conjunto palentino "Paredes Raid", y a bordo de un Golf de más de 20 años y menos de 100 caballos, tal y como obligaban las normas de la prueba, se embarcaron en una aventura para llevar ropa de abrigo, material ortopédico, calzado y material escolar a Marruecos. En siete etapas recorrieron más de 3.800 kilómetros de oeste a este del país por carreteras y poblados perdidos donde eran recibidos como verdaderos héroes.

"Llevamos material escolar donado por el Ayuntamiento de Ribadedeva, calzado y camisetas que nos dieron en Cáritas Ribadedeva, así como material deportivo donado por la AD Ribadedeva y todo tipo de cosas que nos daba la gente a la que comentábamos que íbamos a emprender esta aventura", cuentan.

El viaje ha marcado tanto a Berdayes que, asegura, cuenta los días para volver a tomar parte en la "Oasis Raid" de 2019. "Es gente muy educada que no tiene nada y te tratan con un cariño tremendo. El bienestar interior que te deja ayudarles y arrancarles una sonrisa es difícil de describir", sostiene.

El premio al coche más solidario que les otorgó la organización fue el final perfecto. "Es difícil calcular todo lo que llevamos. Todos los coches quitamos los asientos de atrás para que entrase lo máximo", señalan. Ver a una niña ciega en pleno desierto o a un pequeño corriendo a toda velocidad para saludarles les marcó. "Recuerdo que vimos a lo lejos al niño correr hacia nosotros. Era el último día y ya habíamos entregado todo el material. A mí aquella situación me rompió el corazón y le regalé los playeros que llevaba. Iba descalzo y le quedaban grandes, pero se fue contento y feliz. Por momentos como ese valió la pena ir", manifestó Berdayes.

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