Argimiro García, director del Instituto público de Infiesto desde hace 27 años, hizo ayer un balance "positivo" del medio siglo de existencia del centro. "Tenemos la satisfacción de presumir de que este instituto nunca ha cerrado las puertas a nadie y de que hemos dado posibilidades a todos los alumnos para que lleguen a lo más alto de su profesión", dijo. Y aclaró: "somos el ejemplo de que desde un instituto de la zona rural se puede acceder a cualquier puesto de responsabilidad, de que los estudiantes que pasan por aquí tienen las mismas posibilidades que los que viven en cualquier urbe para desarrollar sus capacidades".

En cuanto a los retos de futuro, el también profesor de Historia matizó que son muchos por la constante evolución que experimenta el sector educativo. No obstante, García hizo hincapié en la importancia de "seguir trabajando como hasta ahora para que el instituto de Infiesto se mantenga como un referente de buen hacer y de buena convivencia, un destino agradable para alumnos y educadores".