Los nuevos aparcamientos que se van a situar frente a las viviendas del barrio riosellano de El Tocote ya no van a ser para los vecinos. Así lo ha confirmado la alcaldesa, Charo Fernández Román, de Foro, que entiende que, tras la entrega de un documento de firmas en el que los habitantes del barrio pedían que las plazas se quedaran al otro lado de la carretera, junto a la ría, donde se encontraban hasta ahora, han renunciado a las plazas, que van a ser de uso público.

"Se les ofreció un trato, pero al meter ese escrito supongo que significa que no quieren ese acuerdo", entiende la regidora. Por su parte, uno de los representantes de los vecinos de El Tocote, Lorenzo Posada, considera que su acción no quería decir nada de eso. "Nosotros entregamos las firmas para pedir que dejaran los aparcamientos donde están, no renunciando a nada", dice. Además, explica que ellos "en ningún momento" solicitaron que esas plazas fueran para ellos, y que "la que se comprometió" fue la alcaldesa.

Ahora, el consistorio cuenta que se va a poner una zona de carga y descarga junto a El Tocote, que, al contrario que los aparcamientos, sí que va a ser para los vecinos. Unos vecinos que no están conformes con esta solución, ya que el Ayuntamiento no da marcha atrás en el plan de ubicar las plazas de estacionamiento junto a las viviendas.

En todo caso, este no es el único conflicto que mantiene enfrentados a los residentes de El Tocote con el consistorio riosellano, ya que el pasado fin de semana se ordenó a un vecino que quitara las piraguas y la caseta que se encuentran en la acera junto a las viviendas y que pertenecen a su negocio.

"En El Tocote se está ocupando un espacio público y llevamos años intentando demostrarlo", dice Fernández Román. Según cuenta la regidora, ya en el anterior mandato "hubo vecinos que protestaron" por esa ocupación y desde entonces en el consistorio ha habido una "investigación" para saber si ese negocio tenía autorización para ocupar ese espacio. Finalmente, tras las pesquisas del Ayuntamiento, el pasado fin de semana se pidió al propietario que se llevara de allí todos los objetos al entender que era ilegal que siguiera almacenándolos en dicha zona. "Encontramos un título de una autorización por la temporada de verano de 1999, pero nada más", explica la alcaldesa. Por su parte, Posada explica que al propietario del negocio afectado "le pidieron que quitara todo antes del martes" (por hoy), algo con lo que no están de acuerdos porque entienden que "debería tener diez días para presentar alegaciones".