La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Buena mezcla, mayar en frío y llagar limpio: las claves de la mejor sidra de Ribadesella

"Supone un aliciente para seguir", señala Roberto Vicente Blanco, de Truyes, ganador del certamen de elaboradores caseros

Foto de familia de los premiados en el certamen riosellano. MARIOLA MENÉNDEZ

El secreto para hacer una sidra de campeonato está en disponer de una buena mezcla de manzanas, mayar con frío y tener el llagar limpio. Lo dice Roberto Vicente Blanco, que el domingo quedó primero en el Concurso de Sidre Casero de Ribadesella, en el que compitieron 48 palos. "Presta ganar en casa" dijo este vecino de Truyes, que representará al concejo en la final regional que se disputa en Villaviciosa.

Bombero de profesión, Blanco aprendió a hacer sidra con su padre, ya fallecido, en los años ochenta del pasado siglo, sin más pretensión que la de "pasar un buen rato y mantener vivas las tradiciones".

Tras comprobar que las botellas que regalaba a los clientes de su casa rural tenían gran aceptación, el riosellano montó su propio llagar artesanal en Truyes. Allí mayó a finales del pasado noviembre la sidra ganadora con ocho variedades de manzana recogidas en sus fincas de Tezangos, Sardalla y Truyes. La mezcla se corchó en febrero y estuvo tres meses reposando en un barril de acero inoxidable. "Tuve suerte porque vino un invierno muy frío y la temperatura se mantuvo constante entre los diez y los doce grados en el llagar", explicó el ganador, que fabrica unas mil botellas de sidra casera al año. "En la anterior edición ya quedé finalista y la gente que la probaba me decía que este año me había quedado muy buena, pero no contaba con ganar. Supone un aliciente más para seguir con esta afición", concluyó.

Compartir el artículo

stats