La basílica de Llanes se quedó pequeña ayer para acoger a los cientos de personas que acudieron a honrar a Santa Rita. Los asistentes, en su mayoría mujeres, llegaron con ramos de rosas que ofrecieron a la santa y que pusieron la nota de color a la celebración.

Además de gente venida desde varias localidades del concejo, también se reunió en el templo un importante grupo de personas llegado desde Torrelavega. Su presencia en esta celebración es habitual, si bien el año pasado no habían acudido. "Empezamos a venir porque una chica asturiana afincada en Torrelavega, Ana Cuesta, lo organizaba. El año pasado no vinimos porque falleció, pero ahora hemos decidido volver como homenaje a ella", cuenta Mari Carmen Fernández, llegada desde la localidad cántabra.

Durante la misa, oficiada por Florentino Hoyos y cantada por el coro de la localidad, el párroco hizo una semblanza de la vida de Santa Rita, la cual calificó de "imposible" a causa de "las luchas, dificultades y el sufrimiento que tuvo que padecer". Sin embargo, quiso destacar su "paciencia", lo que la llevó a convertirse en un "ejemplo de amor".

El momento más esperado y especial llegó cuando el párroco bendijo la gran cantidad de rosas que los asistentes a la celebración habían portado para ofrecérselas a Santa Rita. Tras la misa, la imagen de la Santa procesionó por las calles del casco antiguo de Llanes acompañada por todos los fieles que habían acudido a la celebración. Abría la comitiva el estandarte de Santa Rita, llevado por José Alberto Santiago, "Canene", quien dio el relevo a Guillermo Sordo, y acompañado por Carmina Pernía, de Buelna, y Loli Cerezo, de San Roque del Acebal. Por su parte, los encargados de llevar la imagen de la Santa a hombros fueron Javier Abello, Agustín Martín, Manolo García y Víctor Otero.

Santa Rita estuvo muy bien acompañada durante su recorrido por los cientos de personas que le son devotas.