El parque nacional de los Picos de Europa nació "a espaldas" de la población local. Lo dice el doctor en Ciencias Biológicas Santos Casado, que ayer participó en el XX Congreso de Europarc-España que hasta el domingo se celebra en Cangas de Onís. Según Casado, las propuestas iniciales del enclave, el primero de España junto con Ordesa, siempre estuvieron ligadas a ideas de uso público pero únicamente para disfrute recreativo de las élites. "En la gente que vivía aquí, ni se pensó ni se tuvo en cuenta en origen para la gobernanza. Hay una deuda pendiente y es necesario fomentar fórmulas que permitan su mayor y mejor participación en la gestión del área", dijo.

Hizo hincapié en la necesidad de desechar ideas como que el turismo es la única vía para el desarrollo del parque. "Hay que hacer énfasis en la calidad de los productos ganaderos, agrarios, de artesanía y pequeñas producciones locales porque además a los clientes cuando compran les gusta saber que de alguna manera contribuyen a la conservación del espacio", resaltó. Casado no ocultó la existencia de conflictos "difíciles y enquistados" como los daños que sufren las cabañas ganaderas a causa del lobo y aseguró que la mejor fórmula para buscar un equilibrio frente a la conservación es el de diversificar la producción y mantener diálogo abierto con los afectados.

Durante su intervención en Covadonga, el biólogo apuntó a que los centenarios como los que este año confluyen en el Real Sitio son ocasiones propicias para el examen retrospectivo. "El pasado nos inspira para plantear cómo queremos construir el futuro", reflexionó. Defendió que el origen de los primeros enclaves protegidos hay que buscarlo en el triunfo de la industrialización y de la creación de grandes áreas urbanas. "Los primeros parques surgen de la civilización moderna a la que le preocupa la salud física, amenazada por plagas como la tuberculosis o la malnutrición y la salud espiritual o problemas de desarraigo y falta de identidad". Casado recordó que los parques nacionales no son un invento español. El precedente que siempre se cita es Yellowstone, en los Estados Unidos, en 1892 aunque apuntó a que hay una referencia anterior en el valle de Yosemite, protegido por el estado de California en 1864.