El mercado inmobiliario se recupera poco a poco en el oriente de Asturias. El año pasado se vendieron en la comarca 698 viviendas, un 15 por ciento más que el año anterior pero menos de la mitad que durante los años del "boom" del ladrillo, cuando llegaron a cambiar de manos casi 1.700 casas. Además, el mercado de la vivienda, en los niveles más bajos de la historia reciente, pues en 2017 sólo se vendieron 39 casas a estrenar en toda la comarca, por las más de 1.000 que se adquirieron en 2008. La caída en el número de transacciones inmobiliarias desde el estallido de la crisis es estrepitosa: casi un 60 por ciento con respecto al año 2007, porcentaje que sube hasta el 96 por ciento en el apartado de viviendas nuevas, según datos oficiales del ministerio de Fomento. En los últimos 14 años se vendieron en la comarca 11.858 viviendas.

Llanes.

El concejo registró 266 transacciones inmobiliarias en 2014. Son 35 más que el año anterior, pero la tercera parte que en 2007, antes de la crisis paralizara el sector inmobiliario. Claro que es el sector de vivienda usada el que resiste, porque en el concejo llanisco sólo se vendieron el año pasado 16 viviendas nuevas. Es la tercera peor cifra desde que existen registros oficiales. La magnitud de la crisis se entiende al considerar que en 2007, el pleno "boom" del ladrillo, llegaron a venderse en el municipio 625 viviendas nuevas. Hay stock, pero apenas hay compradores, según admitieron empresarios del sector. La situación del mercado inmobiliario local, con varios cientos de propiedades a la venta se recupera muy lentamente. En los últimos 14 años se vendieron en el concejo llanisco 4.558 viviendas.

Piloña.

El concejo de Piloña llegó a ser en el año 2004 el concejo del Oriente con mayor número de transacciones inmobiliarias, 162, aprovechando el parón registrado en Llanes a causa de uno de los varapalos judiciales que ha sufrido en el último cuarto de siglo, que supusieron la anulación de sus planeamientos urbanísticos en los tribunales. Aunque la crisis sigue cebándose con el concejo piloñés, el año pasado registró 55 transacciones inmobiliarias, lo que supone una recuperación importante con respecto a los últimos años. No obstante, solo se vendieron 4 viviendas nuevas, muy lejos de aquellos tiempos en los que se vendían hasta 75 viviendas a estrenar al año, como en 2007. Veinticinco casas nuevas vendidas en los últimos siete años no resulta un registro adecuado para el segundo municipio más poblado de la comarca, más aún si se tiene en cuenta que en los últimos 14 años se registraron 1.146 transacciones.

Ribadesella.

Fueron 113 las viviendas que se vendieron el año pasado en el concejo, de las cuales solo 8 fueron nuevas. En 2005 llegaron a venderse 255 casas en el municipio, de las cuales 167 fueron nuevas. La crisis ha defenestrado el proyecto presentado por una promotora de Gijón para construir en Oreyana (al este de la capital del concejo) la mayor urbanización del norte de España, con unas 2.200 viviendas. Un terreno propiedad de una promotora asturiana, pero que figura como garantía de préstamos de la Sareb, el denominado "banco malo".

Cangas de Onís.

Sólo dos de las 57 viviendas vendidas el año pasado era nueva. Y ello a pesar de que permanece sin desarrollar desde hace más de una década un área de decenas de miles de metros cuadrados en la zona de Contranquil, donde el Ayuntamiento decidió hace años centrar el crecimiento de la capital del concejo. La magnitud de la caída inmobiliaria queda clara si se tiene en cuenta que si en 2017 se vendieron solo dos casas nuevas, en 2009 fueron 131. En los últimos seis años se han vendido en el concejo cangués, uno de los más activos y potentes de la comarca desde los puntos de vista económico y comercial, sólo 10 viviendas nuevas. Desde 2004 se han vendido 1.262 viviendas.

Parres.

Es uno de los pocos municipios que se mantiene desde hace siete años en cifras similares en cuanto a venta de viviendas: 34 en 2012, por las 36 de 2013, 37 de 2014, 36 en 2015, 42 en 2016 y las 35 del año pasado Claro que se llegaron a vender casi el cuádruple, 122, en el año 2004. Además, el año pasado no se vendió un una sola casa nueva. Diez casas nuevas en cinco años es una cifra muy baja para un concejo tan dinámico, que suma 860 transacciones inmobiliarias desde 2004.

Ribadedeva.

El concejo parece registró el año pasado 44 transacciones, de las cuales 5 fueron de viviendas nuevas. Son peores cifras que el año anterior, aunque mejores que las de los años de la crisis profunda. Pero están a años luz de las que registraba durante el "boom" del ladrillo, cuando el concejo riadevense llegó a codearse con los "grandes", al sumar 159 transacciones en 2007, de las cuales 136 fueron de vivienda nueva. La posterior caída fue estrepitosa y de hecho sólo se han vendido 14 casas nuevas en los cinco últimos años en el concejo.

Colunga.

El mercado de la vivienda usada sí se mueve en Colunga, donde el año pasado se vendieron 61 casas, pero solo una nueva. Es, no obstante, un buen registro, pues se han recuperado el número de transacciones anterior a la crisis, y duplica las cifras de los últimos años. Pero el mercado de la vivienda nueva continúa bajo mínimos: en Colunga llegaron a venderse hasta 55 casas nuevas al año en la época del "boom" del ladrillo.

Cabrales.

El año pasado se vendió en el concejo una casa nueva y cambiaron de dueño 23 viviendas de segunda mano. Son cifras que mejoran las de los últimos años, pero aún muy alejadas de las registradas antes del desplome del sector inmobiliario, cuando se llegaron a registrar 59 transacciones (año 2007), de las cuales 40 se correspondieron con viviendas nuevas.

Peñamellera Baja.

Solo 3 transacciones sumó el concejo el año pasado, la cifra más baja desde que existen registros oficiales. Y no se ha vendido ni una casa nueva desde 2013. Estas cifras contrastan con las de antes de la crisis, cuando en el valle alto peñamellerano se llegaron a vender 36 viviendas, de las cuales 23 eran nuevas. Volver a esas cifras parece a día de hoy "un imposible", según fuentes del sector inmobiliario. En los últimos 14 años se vendieron en el concejo 201 viviendas.

Caravia.

Ocho casas se vendieron el año pasado en el concejo, de las cuales dos eran nuevas. Llegaron a venderse 40 casas en 2007, de las cuales 27 eran a estrenar. Después llegó la crisis y ya nunca se llegaron a superar las 11 casas vendidas al año. En los últimos 14 años se han vendido en Caravia 138 viviendas, entre nuevas y usadas.

Ponga.

Es uno de los escasos municipios de la comarca que han visto repuntar las ventas: 10 el año pasado, una cifra que no se alcanzaba desde 2010. El máximo histórico se registró en 2007, con 16 casas vendidas, de las cuales 3 fueron nuevas. En el concejo pongueto se vendieron 106 casas desde 2004, pero solo 4 de ellas fueron nuevas.

Peñamellera Alta.

Siete casas cambiaron de dueño el año pasado, ninguna de ellas nueva. El valle alto peñamellerano únicamente ha registrado la venta de 7 casas nuevas en los últimos 14 años, y ninguna desde 2013. Se vendieron, entre nuevas y usadas, 91 viviendas desde 2004.

Onís.

Por un lado, en el concejo no se ha vendido ninguna casa nueva desde que existen registros oficiales, en 2004, lo que significa que las 75 viviendas que cambiaron de dueño en los últimos 14 años en el concejo fueron de segunda mano. Pero por otro lado, en 2017 se vendieron 10 casas en Onís, lo que supone el máximo histórico, pues el récord estaba en las 9 viviendas que se vendieron en 2005. Onís también ha estado ajeno al "boom" del ladrillo.

Amieva.

El concejo sumó 6 transacciones inmobiliarias en 2014, ninguna de las cuales se correspondió con casas a estrenar. En el concejo no se ha vendido una vivienda nueva desde 2008 y cambiaron de dueño 3 en los últimos 15 años. Al concejo nunca llegó el "boom" inmobiliario, pues el número máximo de transacciones inmobiliarias se registró en 2008, con 12. En los últimos 14 años se vendieron 70 viviendas en Amieva. Es la cifra más baja de toda la comarca.