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"Nos hemos acostumbrado a ver el pueblo sucio", lamentan los vecinos de Poo

Los residentes calculan que desde hace dos años el Ayuntamiento ni limpia ni siega: hay zonas con metro y medio de maleza

Un hidrante, tapado por la maleza en Poo. EMILIO G. CEA

Maleza que ha tomado las orillas de los caminos y dificulta la visibilidad; papeleras rotas que tardan semanas en vaciarse, dejadez en el cuidado de zonas públicas y de los lugares de esparcimiento con el verano a la vuelta de la esquina y el temor a que la imagen de Poo, uno de los principales pueblos del concejo, quede dañada por este motivo. Así dicen sentirse varios lugareños de esta localidad donde existen más de quince establecimientos de alojamiento con licencia de turismo. Piden al Ayuntamiento que se ponga manos a la obra para poner fin a esta situación.

El empresario Luis Inguanzo asegura que hace más de dos años que nadie del Ayuntamiento ni personal de los talleres de empleo que trabajan en la limpieza de los pueblos, ha hecho acto de presencia en la zona de Anteji, ubicada más allá de la iglesia de la localidad. La maleza y las hierbas acumuladas junto a los muros de esta parte de Poo junto a basura, superan en ocasiones con holgura el metro y medio de altura. Un hidrante ha quedado tapado por las hierbas junto a un muro. Dice que la situación es tal que "nos hemos acostumbrado a ver el pueblo sucio como si fuese algo normal", sostiene.

Argi Díez vive en Poo desde hace dos años. Asegura que nunca ha visto el pueblo limpio más arriba de la iglesia. "Es una vergüenza", sostiene. "Bajo andando y para apartarme de los coches me tengo que meter entre la maleza. Parece una selva", apunta. Los lugareños aseguran que pagan los mismos impuestos que los ciudadanos de Llanes pero no tienen los mismos servicios.

En el centro de Poo el paisaje no es mejor. Junto a la cancha polideportiva ubicada enfrente del edificio que en su día albergó el centro de artesanía la maleza empuja una valla que cae sobre un banco. Las jardineras de los árboles plantados en esta zona hace mucho tiempo que nadie las limpia. A la entrada de la localidad, en la zona conocida como la Campera, los bancos están tapados por la hierba.

Raquel Lebeña tiene una niña de un año y lamenta el deterioro que sufren las instalaciones dedicadas a los más pequeños y otros espacios. Dice que los columpios están rotos y oxidados y el parque no se limpia con la frecuencia que debería. "Es triste que tengamos que desplazarnos a otros lugares provocando el desarraigo de los niños con su pueblo para que puedan jugar con seguridad", indica. Como ella son muchos otros los padres que evitan usar estas instalaciones y llevan a sus hijos al parque de Llanes.

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