Javier Cantero Gutiérrez es la cuarta generación de una familia de ganaderos y trabaja en Piñeres de Pría. Posee setenta vacas de leche, cuya producción vende a una quesería local. Con la ampliación de la explotación, merced a la construcción de una nave para mejorar las condiciones de los animales, deseaba incorporar al proyecto a su mujer, Graciela Alonso. Comenzó el papeleo en junio de 2016 y, transcurridos dos años, ha tirado la toalla.

"Tengo 33 años y una hija. A este paso tendré que vender la explotación e irme de Llanes. Aquí no me quedaré. No me dejan otra opción. Todo esto creo que es una falta de respeto a los ciudadanos y al sector", sostiene. Asegura que los errores cometidos en el Ayuntamiento y en la oficina de Urbanismo le han hecho perder la subvención. "Estoy muy desilusionado y cansado de pelear. A la gente del mundo rural no se nos respeta. Entre papeles, proyectos, abogados y demás he gastado 10.000 euros para nada", explica.

En su caso, a la tardanza a la hora de expedir la licencia, hay que sumar los errores en la documentación enviada por el Consistorio a la CUOTA en lo relativo al foso de purines y a la altura de la nave.