Zaspe es dinero, urdéu es tocino, engomiu es un beso y cirolis son los pantalones. Estos son algunos de los términos mansoleos que incluye la canción “Romance de Pimiango”, escrita por el dúo “Mestura” y son parte de la jerga gremial de los antiguos zapateros de la zona que durante buena parte del año recorrían el norte de España trabajando y vendiendo calzado y correajes. Es este tema musical una iniciativa con la que mantener vivo este patrimonio lingüístico y se presentó el pasado sábado en la Casa Concejo de Pimiango (Ribadedeva), en un acto organizado por la asociación de vecinos de la localidad y que contó con la presencia del alcalde, Jesús Bordás.

El “Romance de Pimiango” es “fruto de una historia de amistad” entre el dúo “Mestura” y el grupo de vecinos que, en la primavera de 2021, comenzaron a reunirse cada domingo para cantar canciones populares a las que, con el paso del tiempo, se han añadido temas compuestos por el dúo en homenaje al pueblo y al concejo de Ribadedeva, apuntó Marina Laso en representación del colectivo vecinal.

De esos encuentros musicales nació el grupo “Voces Mansoleas”, integrado por vecinos de Pimiango y de otras zonas del municipio que, junto a los miembros de “Mestura”, Luis Suárez y Marisa López-Diz, grabará pronto un disco con algunos de los sones que interpretan para divulgar la jerga mansolea.

Una forma de comunicarse entre los zapateros que el pueblo de Pimiango guarda con cariño y orgullo. Por ello, la localidad impulsa el Aula del Mansolea, un espacio que “permitirá investigar, mostrar, interpretar y educar en todo lo concerniente al mansolea como elemento patrimonial cultural de Pimiango y, en general, al patrimonio cultural como valor universal”.

Con ello pretenden crear una exposición permanente y el desarrollo de un programa de sensibilización cultural y patrimonial destinado a la comunidad educativa y para la población en general. Un lugar que quieren convertir también en centro de recepción e información turística para aquellos que visitan Pimiango y su entorno. Y el “Romance de Pimiango” a buen seguro que sonará en el Aula del Mansolea con sus versos dedicados al trabajo que realizaban los zapateros por la cornisa cantábrica y sus ansias de volver a Pimiango entrado ya el otoño: “Zancaños, chicorianos, ñácaros y junias jidas, aquí me tenés de vuelta, que mi alma no os olvida. Traigo rotos los cirolis, rota traigo la jilosa, pero aparo galochos chupidos de la aldea más hermosa”.