Idoya RONZÓN

Han pasado más de cuatro años desde entonces y hoy volverán a verse las caras. Nino José R. N., el joven venezolano afincado en Gijón que el 9 de noviembre de 2002 sembró el pánico en la zona antigua de la ciudad a bordo de su Chrysler PT Cruise, se sentará desde esta mañana en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo penal número dos de Oviedo, para explicar lo sucedido aquella madrugada y enfrentarse a las más de treinta personas a las que atropelló sin ni siquiera bajarse a comprobar si alguna necesitaba ayuda. La fiscal del caso, Adoración Peñín, pide para él una condena de ocho años y ocho meses de cárcel, el pago de una multa de 3.240 euros y retirada del carné de conducir durante diez años. Le acusa de conducir borracho, a gran velocidad, por varias calles peatonales.

Peñín considera a Nino José R. N. autor de 14 delitos y 18 faltas de lesiones por imprudencia grave, todos ellos supuestamente perpetrados mientras cometía otro delito contra la seguridad del tráfico. Además, lo responsabiliza de conducción temeraria, omisión del deber de socorro y desobediencia a agentes de la autoridad. Inicialmente reclama además indemnizaciones para las víctimas por un valor global de más de 390.000 euros. La mayoría de las víctimas ya ha alcanzado un acuerdo con la compañía aseguradora del acusado, aunque a pesar de ello deberán acudir al juicio para testificar sobre lo sucedido aquella madrugada, para aportar su testimonio y que el juez decida así sobre la culpabilidad o inocencia del joven conductor.

Según la fiscal, Nino José R. N., «sin respetar la señalización ni a la gente» que estaba en la zona antigua, se introdujo en la calle Oscura, procedente de Marqués de Gastañaga. Después continuó por Mon, prohibida al tráfico. En su trayecto «fue atropellando a cuantas personas encontró por esas calles, peatonales y estrechas». Según Peñín, «en ningún momento advirtió de su presencia con ráfagas de luz o cualquier otra señal acústica que permitiera a los peatones» darse cuenta de que se aproximaba y «poder eludir el peligro». La fiscal le reprocha además que no se detuviera «a comprobar las consecuencias de su actuación» ni a «auxiliar a los numerosos heridos». El joven fue detenido por la Policía Local en Gijón, adonde huyó. Las pruebas de alcoholemia que le practicaron arrojaron un resultado de 0,61 miligramos de alcohol por litro de aire espirado -más del doble del máximo permitido-. Media hora después dio 0,59.

«Puto sportinguista»

Por su parte, Nino José R. N. alega que huía de un grupo de personas que le perseguía, había dado una paliza, insultado con expresiones como «sudaca de mierda» y amenazado de muerte. Según su escrito de defensa, el joven, a pesar del «pánico» que le invadía, «circuló moderadamente durante todo el trayecto», pitando, con las luces encendidas, parando y «tratando en todo momento de esquivar» a los peatones.

El abogado del conductor, José Joaquín García Fernández, pide para él su libre absolución y afirma que son «totalmente inciertas» las acusaciones vertidas por el ministerio fiscal. Según el letrado, Nino José R. N. fue incluso pateado en el suelo por sus perseguidores, que le llamaron «puto sportinguista».