Desde hace más de mil años, la ciudad de Oviedo custodia celosamente una de las reliquias más insignes de la cristiandad, el Santo Sudario, el lienzo que conforme enseña la tradición envolvió el rostro de Jesús de Nazaret tras su muerte en la cruz.

El hecho en sí de tan dilatada custodia a lo largo de la historia pone ya de manifiesto la profunda veneración que los ovetenses de todos los tiempos han tenido hacia esta reliquia.

En el recogimiento de la Cámara Santa de nuestra Catedral, teniendo por centinelas las hermosas imágenes románicas del Apostolado, a muy escasa distancia de la Cruz de los Ángeles, emblema de nuestro municipio, y de la Cruz de la Victoria, signo distintivo del Principado de Asturias, allí se guarda el Santo Sudario, una reliquia llegada a Oviedo en el primer milenio cristiano en el seno del Arca Santa.

En la Cámara Santa se expresan como en ningún otro lugar nuestras raíces y nuestra identidad como pueblo, raíces cristianas que han configurado nuestra historia, nuestra forma de ser y de entender la vida.

A pesar de su importancia, hasta hace tan sólo unos años, el Santo Sudario era un gran desconocido; su conocimiento podríamos decir que apenas iba más allá de las fronteras de nuestro concejo.

Tras las masivas peregrinaciones del Medievo que hicieron de la basílica del Salvador de Oviedo uno de los focos más importantes de peregrinaciones de toda la cristiandad, vinieron largos siglos de silencio y anonimato en los que el Santo Sudario permaneció ignorado por el resto del mundo cristiano.

Los estudios realizados sobre este sagrado lienzo durante las últimas décadas, el empuje del cabildo de la catedral de Oviedo y del Arzobispado, la ayuda recibida desde el Centro Español de Sindonología, los esfuerzos de tantos investigadores de las más diversas disciplinas ya plasmados en el I Congreso sobre el Santo Sudario celebrado hace algunos años y las modernas técnicas de la información han hecho posible que el conocimiento del Santo Sudario de Oviedo haya experimentado durante estos últimos tiempos un crecimiento espectacular.

La realización de este II Congreso internacional sobre el Santo Sudario de Oviedo ayudará de forma importante a la difusión y conocimiento de esta venerada reliquia y me atrevo a aventurar que así como la ciudad italiana de Turín es internacionalmente conocida por venerarse allí la reliquia de la Sabana Santa, también la ciudad de Oviedo comenzará a ser internacionalmente conocida por ser el relicario del sudario de Cristo.

Desde el Ayuntamiento de Oviedo hemos apoyado decididamente este II Congreso internacional, con la seguridad de que el mismo contribuirá a ahondar en el conocimiento de esta reliquia.

Los estudios realizados hasta la fecha en nada desdicen lo que la tradición nos ha venido enseñando, que el sudario que se venera en la Cámara Santa de la catedral ovetense fue el que cubrió el rostro de Jesús, después de morir crucificado.

En los estudios sobre el sudario han concluido disciplinas tan dispares como la medicina forense, la bioquímica, la física, la historia o la teología. Todas ellas han entrado en un hermoso y fecundo diálogo dirigido a descubrir los enigmas que encierra este paño viejo y arrugado, manchado de sangre, pero una sangre que conforme a esa tradición milenaria, y hasta el momento conforme también con los estudios realizados, podría ser la sangre de Jesús de Nazaret.

¡Cómo no va a sentirse orgullosa la ciudad de Oviedo de guardar en su seno esta reliquia! Por eso quiero expresarles el compromiso del Ayuntamiento de Oviedo con esta noble empresa de estudio y difusión del Santo Sudario.

Darles finalmente la bienvenida como alcalde de Oviedo a todas aquellas personas que asisten a este congreso, de modo muy especial a todos aquellos que vienen desde otros puntos de España y desde otras naciones, desearles una feliz estancia en la capital del Principado de Asturias y animarles a que sigan ahondando en el estudio sobre el Santo Sudario.

Gabino de Lorenzo es alcalde de Oviedo