L. S. NAVEROS

El Ayuntamiento de Oviedo pedirá a la Consejería de Cultura que autorice el traslado del monumento a Jovellanos, que actualmente está adosado al monasterio de las Pelayas. El Ayuntamiento considera que se podría reubicar la escultura en la misma calle, en la esquina con la calle Paraíso, donde hasta hace pocos años había un quiosco.

El traslado del monumento fue solicitado a Gabino de Lorenzo por la abadesa de las Pelayas, María Teresa Álvarez, en nombre de la comunidad benedictina, ya que la escultura ciega las ventanas de dos de las celdas del monasterio.

Tras recibir el escrito de la abadesa, técnicos municipales estudiaron posibles soluciones para liberar la fachada del convento. El lugar alternativo más adecuado, según el informe elaborado por el servicio de Cultura, es la esquina de la calle Paraíso, en el arranque de la muralla medieval, donde hubo durante años un quiosco y que está a escasos metros de su ubicación actual.

El traslado debe contar con la aprobación del Consejo de Patrimonio del Principado de Asturias. La Junta de Gobierno municipal aprobará hoy formalizar la petición de traslado, dirigiéndole un escrito con la petición al director general de Cultura del Principado, Carlos Madera.

Tres traslados

El monumento a Jovellanos es obra de Juan de Villanueva, de 1798. Según la guía de esculturas del Ayuntamiento de Oviedo, el monumento original era de mayores proporciones que el que hoy se conserva, pero fue parcialmente destruido en 1823. Una década más tarde, fue reconstruido. En 1853 el monumento fue desmontado y trasladado de ubicación, y años más tarde se adosó al monasterio, en la fachada que da a la calle Jovellanos, donde continúa en la actualidad.

El monumento, cuyo traslado sopesa el equipo de gobierno municipal, fue el primero que se levantó en España en honor de Gaspar Melchor de Jovellanos, de los primeros que se hicieron en homenaje a un personaje civil, siguiendo la corriente que imperó en Europa en el siglo XVIII. El monumento fue cambiado de lugar en tres ocasiones, y su actual ubicación fue diseñada por Luis Menéndez Pidal en los años treinta del pasado siglo, según se recoge en la «Guía de arquitectura y urbanismo» del Colegio de Arquitectos de Asturias.

El monasterio de las Pelayas, al que está adosado el monumento, sufrió diversas reformas a lo largo de los siglos. En 1590 se edificó la iglesia original, reformada tras sufrir destrozos durante la guerra civil, mientras que la torre data de 1650. En 1703 se edificó, con proyecto de Fray Pedro Martínez de Cardeña, el cuerpo principal del monasterio, según se refleja en la citada «Guía de arquitectura» de Oviedo.

«Mejoras» para el edificio

En su escrito al alcalde, Gabino de Lorenzo, la abadesa de las Pelayas pide que se estudie su traslado porque «creemos que hoy hay otras posibilidades de presentarlo dentro de la misma calle». El motivo que empuja a la comunidad benedictina a pedir la reubicación del monumento es la necesidad de «liberar las ventanas que están tapiadas por el monumento. Para nosotros sería importante recuperar esos huecos que están tapiados, además de que el edificio ganaría mucho exteriormente».

El informe municipal apunta «como posible espacio alternativo» la actual la confluencia de las calles Jovellanos, Azcárraga y Paraíso, «justo en el inicio de la muralla medieval que bordea toda la calle Paraíso».