Los sólidos atriles de la Orquesta de París protagonizarán esta tarde el siguiente concierto del ciclo del auditorio Príncipe Felipe, que recibe el patrocinio de LA NUEVA ESPAÑA. La formación francesa, cuya historia se remonta al año 1967, se ha consolidado como una de las orquestas más valiosas del circuito sinfónico. La presencia de su director titular al frente, Christoph Eschenbach, genera un plus de expectación alrededor de la visita de la orquesta. La agrupación interpretará, a partir de las ocho, un programa integrado por la obertura de «El Carnaval romano, Op. 9» de Berlioz, el ballet «Mi madre la oca», de Ravel, y la novena sinfonía, de «El Nuevo Mundo», de Dvorák.

La orquesta parisina es la continuación de la Orquesta de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio, la primera formación sinfónica francesa que echó a andar en 1828. El director Charles Munch siguió esta herencia y, tras él, otros nombres han alzado la interpretación de la orquesta. Herbert von Karajan fue Consejero artístico y también Christoph von Dohnanyi. Nombres como sir Georg Solti y Daniel Barenboim han portado la batuta de la que hoy es una de las más prestigiosas orquestas. Desde el año 2000, Eschenbach es su titular. El director alemán vive uno de sus mejores momentos en España, como ha demostrado en sus últimas visitas a los festivales de Granada y San Sebastián. Esta tarde, la orquesta mostrará sus cualidades a través de la obertura de Berlioz más programada que refleja, sutil y brillante, momentos de la ópera «Benvenuto Cellini» del autor. La música para el ballet de Ravel nació de una suite de cinco piezas para piano a cuatro manos. Tras una orquestación de 1911, que mantuvo la evocación de los cuentos de la infancia, surgió el ballet. El plato fuerte será la sinfonía de Dvorák, la gran obra americana del autor de Bohemia.

La Orquesta de París ha retornado a su sede original, la sala Pleyel, hace dos años. La formación, integrada por 120 instrumentistas, concede importancia a la variedad de su repertorio. Participa regularmente en producciones líricas del teatro del Châtelet y también reserva espacio para los compositores contemporáneos. En 1976 nació el Coro de la Orquesta de París, cuya calidad de sonido ya ha sido destacada por la crítica.

Al frente de la formación francesa estará el director y pianista Eschenbach. El maestro alemán se dio a conocer como concertista de piano. En 1972 comenzó su trayectoria en la dirección de orquesta, debutando tres años más tarde con la Sinfónica de San Francisco. A ésta le siguieron las formaciones más destacadas de América y Europa, recordando especialmente su trabajo al frente de la Sinfónica de Houston y la NDR de Hamburgo, entre otras. Eschenbach combina la dirección de la Orquesta de París, con la de la Orquesta de Philadelphia, desde el año 2003.