Santa Bárbara Sistemas trabaja para aligerar el número de trabajadores en sus fábricas de La Vega y Trubia, previo a la fusión de ambas producciones en Trubia. Dentro de las líneas maestras que maneja General Dynamics, propietaria de Santa Bárbara Sistemas, se encuentra la oferta de bajas incentivadas a aquellos trabajadores entre los 58 y los 65 años. Desde 2007 este proceso se ha estado llevando a cabo en todas las plantas con las que Santa Bárbara cuenta en el país. Sólo en sus dos centros de Asturias, en los tres primeros meses de 2008, se calcula que medio centenar de trabajadores ha decidido aceptar la oferta de la empresa para abandonar sus puestos.

La compañía seguirá ofreciendo esta salida a los empleados que cumplan con los requisitos y en la medida de que disponga de los fondos necesarios. Ésta es una de las medidas utilizadas para adecuar las plantillas a la carga de trabajo y acabar con «la capacidad ociosa». Este sistema ya se anticipa en una de las disposiciones del convenio colectivo firmado para 2008. Otra de las fórmulas que se quiere utilizar es la del contrato relevo. Santa Bárbara Sistemas quiere así rejuvenecer la edad media de sus empleados.

Además, la multinacional norteamericana insiste en que prosigan los programas de formación para obtener una mejor adaptación de su personal a los trabajos y obtener así una mayor polivalencia, huyendo en la medida de lo posible de la especialización más radical.

Mientras, la dirección de General Dynamics sigue valorando como única salida para mantener una presencia competitiva en la región la fusión de La Vega y Trubia. La empresa considera que con la fusión se cubrirían mejor las puntas de trabajo sin necesidad de echar mano de las subcontratas y renunciar a contratos que dejan poco margen de beneficios, «que hoy aceptamos para evitar la capacidad ociosa».

Con cada paso que da General Dynamics dentro de su plan de futuro para Santa Bárbara Sistemas queda más claro que la fusión de sus plantas asturianas será inevitable. El cierre de la Fábrica de Armas de La Vega conllevará el traslado de varias líneas de su producción hasta La Coruña, factoría que también será desplazada para liberar los terrenos que ocupa en la actualidad. Entre tanto, la empresa también llevará a cabo «desinversiones» en aquellas instalaciones que se consideren obsoletas y poco rentables.