David ORIHUELA

El Seminario Metropolitano de Oviedo acogió durante todo el día de ayer (de once de la mañana a seis de la tarde) el XV Encuentro de monaguillos de Asturias. Una cita con la que los responsables eclesiásticos quieren mostrar a los niños y jóvenes de 8 a 16 años que ayudan en misa como monaguillos el camino a seguir en caso de que quieran continuar con su vocación y formarse como sacerdotes.

En la cita participaron cerca de un centenar de monaguillos llegados de todas las parroquias asturianas. Durante toda la jornada estuvieron acompañados de los seminaristas que compartieron con ellos los detalles de su formación camino del sacerdocio.

José Ramón Fernández Abad, responsable de formación, explicó que bajo el lema de la jornada -«Y fijando en él su mirada, le amó»- se encuentra el sentido de los encuentros. «Es un pasaje que narra el encuentro de un joven con Jesús». De este modo, el objetivo de la reunión celebrada ayer es «acercar la realidad del seminario menor a los monaguillos».

A través del encuentro de los niños y jóvenes con los seminaristas, alguno de ellos de su misma edad, «los monaguillos pueden plantearse seguir su formación hacia el sacerdocio», apuntó Fernández Abad. Ese contacto propicia que los monaguillos puedan llegar a saber «sin han sido elegidos por el señor».

La reunión celebrada ayer estuvo marcada por un ambiente lúdico. Los chavales llegaron al Seminario Metropolitano de Oviedo a las once de la mañana. Lo primero fue la salutación, la bienvenida y la presentación de la jornada. Después se celebraron varias reuniones y diversos juegos en las instalaciones del Seminario. También hubo tiempo para una gymkhana en las mismas dependencias y los jardines del edificio.

A la hora de la comida, los seminaristas, los monaguillos y los formadores compartieron bocadillo para luego continuar con las conferencias y el intercambio de opiniones entre los asistentes.

Uno de los momentos más importantes, y emotivos para los monaguillos, de la jornada fue la eucaristía celebrada a las cinco de la tarde. El oficio religioso estuvo presidido por el arzobispo de Oviedo, Carlos Osoro, que además aprovechó parte de la tarde para charlar e intercambiar opiniones con los niños y jóvenes, a los que ofreció también algunos consejos con vistas a la elección de continuar o no con su formación religiosa.

Fue una jornada que combinó lo lúdico con la formación. Un sábado distinto para los chavales que en todas las parroquias asturianas ayudan a los sacerdotes en las celebraciones.