David ORIHUELA

La ciudad revivirá pasado mañana uno de los acontecimientos más importantes, y quizá más olvidados, de su historia. El 9 de mayo de 1808 el cartero Álvaro Ramos leyó desde el balcón de Correos de la ciudad la correspondencia que narraba los sucesos ocurridos una semana antes en Madrid. Fue la espita que encendió el ánimo de los ovetenses, encabezados por María Andallón y Joaquina Bobela, las Agustinas de Aragón de Oviedo, que frente a la fuente de Cimadevilla se negaron a que Llano Ponte y Escosura leyesen el bando de Murat en el que se pedía a la población que no se levantase contra el enemigo francés. Bando que en Oviedo ni se leyó ni se publicó.

La revuelta se intensificó y se sumaron más ovetenses hasta lograr quemar el bando y ratificar la lealtad a Fernando VII.

Fue una pequeña revolución incruenta, con disparos, pero sin muertos, apenas un puñado de detenidos que rescataron una procesión que portando la Cruz de la Victoria partió de la Catedral hasta el Campo San Francisco, donde los presos iban a ser fusilados.

Todo esto se recreará el viernes entre las doce de la mañana y la una y media de la tarde en las calles Cimadevilla, Altamirano y la plaza del Ayuntamiento. La Asociación de Recreación Histórica Cultural de Asturias (ARHCA), junto a la Fundación Gustavo Bueno y con la colaboración del Conservatorio, ha organizado la «representación» para que los ovetenses presencien de nuevo la historia.

Los actos comenzarán a las 12 de la mañana con una explicación de Gustavo Bueno y el concejal de Cultura, José Suárez Arias-Cachero. Posteriormente, se descubrirá una placa conmemorativa frente a la ya existente, colocada hace 100 años, y después se iniciará la recreación histórica en la que participará medio centenar de personas. Un homenaje, en palabras de Arias-Cachero, «a la sociedad civil ovetense que tuvo una actitud que fue pionera de un movimiento que supuso el inicio de la concepción liberal que se plasmaría en la Constitución española de 1812».

Texto que recordará el 9 de mayo de 1808 en la calle Cimadevilla

El 9 de mayo de 1808 los ovetenses se levantaron contra el invasor francés sumándose la capital del Principado de Asturias al proceso revolucionario que había de transformar España en la nación política establecida en la Constitución de 1812.

En el II Centenario el Ayuntamiento de Oviedo vuelve a honrar el patriotismo de aquellos conciudadanos.