L. S. NAVEROS

Vecinos de la Tenderina han decidido iniciar una campaña de recogida de firmas para pedir la retirada del gasómetro de la Fábrica de Gas, ya que consideran que afecta a la visión que se tiene de la torre de la Catedral desde esa zona de la ciudad. Primitivo López, vicepresidente y portavoz de la Asociación de Vecinos «San Francisco Javier» de la Tenderina, lo expresa gráficamente: «Desde aquí abajo vemos la Catedral como si estuviese en la cárcel; pensamos que esa estructura mecánica no pinta nada ahí y ahora es el momento de decirlo».

Los vecinos se reunieron ayer con el concejal de Urbanismo, Alberto Mortera, para pedir el apoyo del Ayuntamiento a su postura. «Queremos que con el plan de la Fábrica de Gas se aproveche para desmontar esta estructura y tirarla, porque no sirve para nada y estropea las vistas que tenemos del casco viejo desde la Tenderina. Vamos a presentar un escrito a la Consejería de Cultura y otro al Ayuntamiento para que decida el que tenga competencias. Después, recogeremos firmas y las presentaremos, para que se tenga en cuenta nuestra opinión», anuncia López.

Tras la reunión con los vecinos, Alberto Mortera destacó que la decisión sobre el mantenimiento o no del gasómetro es del Consejo de Patrimonio y de la Consejería de Cultura, y que el Ayuntamiento tiene «capacidad de propuesta, pero no de decisión» en este aspecto. Sí animó a los vecinos a «pulsar la opinión de los residentes» en la Tenderina, porque «es saludable que se abra un debate razonable y educado sobre los pros y los contras de mantener este elemento, que tiene una innegable singularidad, pero que no es una pieza señera del patrimonio industrial. No hay ningún elemento similar en otra ciudad asturiana, y habría que plantearse cómo queda el espacio con gasómetro, pero también como queda sin él».

El concejal de Urbanismo puso como ejemplo el debate que se abrió sobre la conservación o no del puente de Pumarín: «Hubo una fuerte polémica sobre si había que conservar o no el puente de hierro del ferrocarril. Se optó por quitarlo y, en mi opinión, tanto General Elorza como Pumarín ganaron espacio».

El concejal aludió a la polémica por las torres de Calatrava. «Es inevitable señalar que uno de los argumentos contra las torres era cómo afectaban a la perspectiva de la Catedral desde el Norte, lo mismo que dicen los vecinos de la Tenderina del gasómetro».