Salomé SUÁREZ

Es inevitable vincular la obra de José y de Manuel Vivancos. Las similitudes son innegables, y el hijo del artista las considera, también, inevitables: «Creo que la pintura de mi padre es tremendamente actual, así que cualquier comparación es un halago. Y sí, claro, uno tiene las referencias que tiene... y en mi caso la obra de mi padre está ahí, presente». Además, dice, «soy más ilustrador que pintor, y eso se termina notando».

La imagen del Festival de Zarzuela de Oviedo está ligada al apellido Vivancos por partida doble. José, fallecido en 1996, fue el autor de los primeros carteles, que tras su muerte se reeditaron para las sucesivas ediciones de un ciclo musical que ha ido creciendo y consolidándose como una de las citas favoritas de los aficionados. Manuel, que recogió el testigo el año pasado por encargo del Ayuntamiento, hace notar la tremenda vigencia de esas primeras obras en las que el patio de butacas del Campoamor se trasforma en un entramado de naranjas y negros. Él se ha permitido el guiño de incluir ese dibujo, como fondo, en algunas de sus ilustraciones.

Manuel Vivancos asegura que el Ayuntamiento le ha dejado libertad para trabajar. «Mi idea es la de crear una imagen acorde a las necesidades del festival. Creo que en Oviedo la zarzuela está en un proceso de modernización, de acceso a públicos más amplios, y eso debe reflejarse en todo lo que rodea el ciclo musical; modernidad sin ruptura total con la tradición», apunta. Actualmente, Manuel ya trabaja en los bocetos de la próxima edición del festival. «No hay ningún compromiso formal; simplemente, si al Ayuntamiento le gusta mi trabajo, continuaremos colaborando».

La intención del ilustrador, afincado en Madrid, es no perder el contacto con Oviedo, ciudad en la que le gustaría que se conservase el legado de su padre. Esa idea, que planteó hace tiempo al Ayuntamiento, con la intención de que fuese el gestor de esa obra, no ha terminado de cuajar. «Me recomendaron hablar con el Museo de Bellas Artes, que mostró interés, pero entiendo que este momento, con las obras de ampliación en marcha, quizá no sea el más adecuado para pensar en este tipo de cosas. En cualquier caso, yo no cierro ninguna puerta», añade.

Manuel Vivancos, en la imagen superior, asegura que el año pasado «ha sido especialmente bueno en mi relación con Oviedo», relación que el ilustrador desea prolongar con algunos proyectos en los que trabaja actualmente. Entre ellos, señala como un «objetivo cercano» la preparación de una muestra de paisajes urbanos en la capital del Principado. Abajo, ilustración para «La generala».