Marta PÉREZ

«Entrar en La Florida es fácil. El problema es para salir». Los vecinos de La Florida comparan el barrio con una ratonera, de la que es complicado salir en un vehículo, especialmente en las horas punta. Si el problema es grave ahora, con un censo de 5.000 habitantes en el barrio, los vecinos creen que será insalvable cuando se completen las urbanizaciones que están en marcha y, en un par de años, el barrio sume 4.000 residentes más. «Estamos asfixiados», explica el presidente de la Asociación de Vecinos de La Florida, Emilio Peña.

El problema del tráfico en La Florida tiene una triple vertiente. La salida natural del barrio hacia Oviedo es por la calle Manuel del Fresno, hacia las rotondas de Vallobín y Teniente Coronel Teijeiro. «Es la misma salida que tenía el barrio cuando estaba sin urbanizar», protestan los vecinos. Ahora el Ayuntamiento tiene un proyecto para ampliar la rotonda de Vallobín, pero los vecinos creen que «no resuelve nada», en palabras de Modesto López Vidal, vicepresidente de la asociación de vecinos. «Da lo mismo que la rotonda tenga 10 metros que 30, continuarán los atascos», sostiene. Los vecinos aseguran que, por las mañanas, entre las siete y las nueve, cuando los autobuses escolares van a recoger a los niños a La Florida para repartirlos por los colegios de todo Oviedo -porque en el barrio no hay colegio- y los residentes salen del barrio para trabajar, se tarda media hora en llegar a la plaza de la Liberación. Un recorrido que en circunstancias normales no debería llevar más de cinco minutos. «La asociación lleva reclamando desde 2005 otra salida para el barrio», explica Peña. Su propuesta pasa por habilitar una vía hacia la autovía de Oviedo a Grado, por la zona del campo de fútbol de La Pixarra. «Tenemos del orden de cinco o seis reuniones al año con el Ayuntamiento para tratar de desbloquear este asunto, que es una cuestión de vida o muerte para el barrio». Los vecinos no las tienen todas consigo: «Dicen que hay un proyecto, que nos enseñen documentos, para trasmitir a los vecinos que están en ello», dice Peña.

Los documentos, de momento, tendrán que esperar. «No hay un proyecto como tal», reconoce el concejal de Urbanismo Alberto Mortera. «Teníamos un compromiso del Principado, en su momento, vinculado a la Ronda Norte», explica. Eso sí, Mortera reconoce y asume como propios los problemas de la salida del barrio. «Lo que sí puedo garantizar a los vecinos es que van a experimentar una mejora con la inauguración de la losa de Vallobín. La rotonda se ampliará y posibilitará una mayor fluidez del tráfico», sostiene el edil, que admite que ésta es una «solución paliativa» y que la definitiva «pasa por una mejora radical, con la Ronda Norte y la salida a la circunvalación de Oviedo», dos proyectos que, según Mortera, «corresponden a la Administración del Principado».

El segundo problema de tráfico del barrio de La Florida está relacionado con el vial Oviedo-San Claudio, cuya primera fase es, precisamente, la losa de Vallobín. A la altura de La Florida el nuevo viario confluye con la calle Sampil. Existía un primer proyecto, que pasaba por una estructura de cuatro vías. Ahora, será una calle de tres carriles. Sin embargo, el proyecto se está retrasando, según la asociación de vecinos, por dos problemas: la financiación y una expropiación. «Llevamos dos años esperando», dicen. Por su parte, Alberto Mortera ha explicado que la prolongación del viario a San Claudio está relacionado con la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). En la zona de Las Peñas, el Ayuntamiento dará más edificabilidad a los promotores, a cambio de que cedan suelo para acometer el viario. «Creemos que se podría desbloquear a partir de septiembre», explica Mortera.

Existe una tercera salida del barrio que demandan los vecinos, a través del Parque del Oeste. «En principio se pedía un enlace rodado, pero, finalmente, hemos aceptado que la pasarela fuese peatonal», aclara Emilio Peña.

El enlace entre Las Campas y La Florida es otro caballo de batalla relacionado con el tráfico. Una reivindicación en la que se han unido los vecinos de uno y otro barrio, que en pocos años quedarán unidos por las dos mil viviendas que se proyectan en la zona de Las Campas-Paniceres. Los vecinos califican de «culebrón» el periplo administrativo por el que ha pasado el proyecto, que, finalmente, desbloqueó la Confederación Hidrográfica del Norte el pasado mes de marzo. El proyecto estaba pendiente de la autorización del organismo estatal, que exigió al Ayuntamiento el cumplimiento de una serie de requisitos para el paso de dos arroyos afectados por el trazado. Estaba previsto que las obras, por fin, comenzasen ayer.

«Hasta ahora hemos sido ingenuos, voluntariamente», dice Peña. «No queríamos conflictos, pero ya no nos vamos a contentar con palabras», advierte el presidente del colectivo vecinal.