Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Todos acudieron a rendir su último homenaje a Rodrigo Grossi. Ayer, por la capilla ardiente instalada en el salón de plenos del Ayuntamiento desfilaron sus compañeros de partido y sus opositores políticos, colegas que lo recordaban de sus tiempos de profesor y personalidades de diversos ámbitos sociales, de la Universidad a la Iglesia, con los que había colaborado de una u otra manera a lo largo de su vida. Las condolencias de todos ellos no bastaron para acallar el dolor de su viuda y de sus hijos, recién llegados de Santander tras el coche fúnebre en los que viajaban los restos mortales de Rodrigo Grossi y que cansados y conmovidos no pudieron reprimir su dolor y su llanto.

El coche fúnebre aparcó ante el Consistorio hacia la una y media de la tarde mientras las campanas de San Isidoro tocaban a muerto. Había salido por la mañana del Hospital de Valdecilla, en Santander. Allí fueron trasladados los restos mortales del ex concejal el domingo por la mañana desde Laredo, el lugar donde falleció de un infarto durante una de las salidas de fin de semana con la Asociación Astur-Leonesa de Amigos del Camino de Santiago, que él presidía. Su hijo pequeño, Ignacio, contaba ayer que tras recibir el aviso de lo sucedido la familia se reunió en Santander: su madre María Ignacia Queipo y su hermana Marta, que llegaron desde Oviedo, su hermano Rodrigo, que viajó desde Madrid, y él mismo, que reside en Bilbao. La autopsia fue innecesaria, explicó, debido a las circunstancias de la muerte -su padre simplemente se sintió mareado y se desvaneció-, al acta levantada por la Guardia Civil y al historial médico de su padre, con una afección cardiaca. «Se llevaba bien con todo el mundo y la prueba es que todos están aquí, de todos los partidos», observó.

El féretro de Grossi fue cubierto con la bandera de Oviedo y rodeado de coronas de flores, entre ellas las de los institutos Santa Bárbara de La Felguera y Astures de Lugones donde fue profesor. Poco después de su llegada, el alcalde, Gabino de Lorenzo, y el presidente del PP, Ovidio Sánchez, coincidían en la puerta del salón, flanqueada por dos policías locales de gala. Se fundieron en un abrazo y entraron juntos a dar su pésame a la familia. En el interior coincidieron con el presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, que llegó un rato después con la consejera de Cultura, Encarnación Rodríguez. La Junta General emitió una declaración reconociendo «el firme compromiso con Oviedo y con Asturias de Grossi». Hoy, a la una y cuarto, en San Juan el Real se celebrará su funeral. Hasta entonces y desde las diez de la mañana estará abierta la capilla ardiente.