El señor Tolivar apuntaba en estas páginas -con corrección no exenta de rigor, siempre digna de agradecer- algunos problemas de accesibilidad a La Florida y, por extensión, al oeste de la ciudad. Ciertos elementos que señala -entronque con calles como Alfonso I, por ejemplo- vendrán solucionados a partir del inminente desarrollo de la operación urbanística denominada Unidad de Gestión Los Reyes. Obras a punto de concluir, como la losa de Vallobín y una nueva rotonda de 20 metros, mejorarán la fluidez parcialmente, pero no son, desde luego, la panacea para agilizar la circulación. El señor Tolivar sabe y omite, quizá no de modo deliberado, que la expansión de Oviedo por el Oeste precisa de una nueva infraestructura viaria que comunique Ciudad Naranco, Vallobín y San Claudio. En otras palabras, la Ronda Norte, por la que la capital del Principado lleva esperando ocho años.

Recapitulemos: la estación de autobuses está donde está porque de ahí arrancaba la Ronda; la expansión de Ciudad Naranco y Vallobín se ha trazado dando por supuesto la existencia de esa carretera de gran capacidad; La Florida, Las Campas y San Claudio se han diseñado para conectar con la misma vía, que desembocaría finalmente en la ronda de circunvalación y la autovía a Trubia. Ésa es la solución, y la realidad es que existieron proyecto y financiación prevista para ello. Por desgracia, el Gobierno del presidente Zapatero ha cancelado el proyecto sin hacerlo explícito: no hay un euro en los Presupuestos del Estado para construir la Ronda Norte y todo ha derivado hacia sesudos e interminables estudios de impacto medioambiental que sólo persiguen diferir el compromiso por muchos años, mientras los impuestos de asturianos y ovetenses sufragan infraestructuras similares en comunidades autónomas que gozan de casi todos los privilegios que concede Moncloa en virtud de la conveniencia de coyunturales acuerdos políticos.

Éstos son los hechos irrefutables que, además, la buena memoria y el atinado criterio del señor Tolivar no ignora, pero no menciona. Por lo demás, casi todos coincidiremos en que La Florida goza de las ventajas de un planeamiento acertado que ha trazado calles amplias, zonas verdes abundantes, suelo para equipamientos sociales, culturales y deportivos, que irán promoviéndose tanto por parte del Ayuntamiento como del Principado de Asturias, y un desarrollo residencial de gran calidad que es paradigma, en mi modesto juicio, de cómo una ciudad pujante se expande con modernidad.

Cierto es también que precisamos una comunicación directa desde La Florida y el Parque del Oeste, y estamos trabajando en el proyecto, pero no obviemos que hablamos de conectar una zona residencial que se encuentra entre dos grandes parques -Oeste y Purificación Tomás- que constituyen un modelo casi sin parangón en cualquier otra ciudad española. Esos parámetros de calidad son los que hacen que Oviedo crezca demográfica y económicamente, a pesar de las trabas y la falta de compromiso real de ejecutivos que ni hacen lo que dijeron ni cuentan nunca lo que realmente hacen. Por otra parte, la «separación brutal» con Fuente de la Plata responde, como es obvio, mucho más a la orografía, «la natural y la construida décadas atrás», que a la gestión o el planeamiento urbanístico actuales. Oviedo no es una ciudad plana, como Sevilla, pero diseñar con pendientes y cotas acusadas es un reto que el «modelo Oviedo» ha resuelto razonablemente bien: sirva Monte Cerrao como ejemplo.

Cabe desear que tanto el señor Tolivar como don Juan Álvarez, ex concejal de Urbanismo, hagan valer su influencia dentro de su partido, el PSOE, para que los intereses de Oviedo se antepongan por una vez a ciertas mezquindades partidarias y la Ronda Norte pase del papel al asfalto.

Alberto Mortera Fernández es concejal de Urbanismo