Pablo GONZÁLEZ

Gabino de Lorenzo es un gran aficionado a los golpes de efecto. Así, el alcalde de Oviedo se sumó ayer a los funcionarios de la Administración local que este año toman el camino de la jubilación. El mandatario anunció su decisión durante la festividad de Santa Rita, patrona de los funcionarios locales. Durante el tradicional acto en el salón Príncipe de la Casa Consistorial, en el que se despidió a una decena de funcionarios con motivo de su jubilación, De Lorenzo, que cumplió 65 años el pasado 14 de febrero, se sumó a la lista. Después de que Julia Piñera, jefa del área de Personal del Ayuntamiento, repasara los nombres de cada nuevo jubilado, el Alcalde procedió a hacer el anuncio.

«Julia, se te ha olvidado un nombre: el mío», sorprendía De Lorenzo a los más de 150 asistentes al acto, mientras le entregaba los documentos convenientemente cubiertos para oficializar su nuevo estatus ante el Ministerio de Trabajo, que se plasmará a partir del próximo 31 de mayo. «El Ayuntamiento no tiene que gastar un duro más en mi persona», comenzó a explicar, a continuación, el regidor, ya que a partir de ahora, y salvo las dietas, la Seguridad Social se hará cargo del pago de su sueldo. Porque Gabino de Lorenzo se jubila, pero no deja el Ayuntamiento.

«Paso a las clases pasivas, pero no me jubilo, ni dejo la política. Aunque voy a realizar un replanteamiento de mi situación», puntualizó, para aclarar: «La política nacional, regional y de partido se ha terminado absolutamente para mí. Me voy a dedicar plenamente a la gestión de este Ayuntamiento». Y es que, tras tomar la vara de mando, en 1991 (dejó Ensidesa en 1987, donde ejercía como ingeniero jefe de división), De Lorenzo afirmó que el protocolo y la representación oficial «me han ido engullendo cada vez más». Por eso también se «jubilará» de los actos públicos, ya que «mientras haces esto, no te ocupas de la gestión, y cuando ya tenemos un problema encima como el de la crisis económica. Este año he asistido a más funerales y escuchado más misas que en toda mi vida profesional y política». El regidor animó a sus ediles «a asumir mi representación», aunque dejó caer que «seguiré asistiendo a algunos actos».

El Alcalde asumió que su gesto «no es nada significativo dentro del presupuesto del Ayuntamiento», pero puntualizó: «Tiene una importancia simbólica en los tiempos que corren». Y es que el veterano político ovetense reconoció que «se nos avecinan malos tiempos económicos, y este Ayuntamiento no va a ser ajeno a la situación», en referencia a la crisis económica. De Lorenzo insistió en que «estamos ante una crisis cruda, y el primero que tiene que dar ejemplo es el Estado, a través de las administraciones que controla». Por eso abogó por una «época de austeridad» y por «un férreo control del gasto público», además de anunciar que «se hará todo lo posible para que no se derroche ni un sólo euro en cosas que no tengan el carácter de necesarias». De Lorenzo se jubila, aunque sólo a medias, para centrarse exclusivamente en Oviedo. Otras ambiciones, tras el patinazo en las elecciones generales que le llevó a renunciar a su acta de diputado, han caído en el olvido. «Pasaré a la Historia por el breve tiempo que tuve responsabilidades nacionales», bromeaba.