Elena FERNÁNDEZ-PELLO

Utilizando una tecnología puntera, similar a la que se ha aplicado en la reproducción de las pinturas rupestres de Tito Bustillo, los investigadores del Instituto Nacional del Carbón (INCAR) y del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han creado imágenes holográficas y realidades virtuales de los tesoros que se veneran en la Cámara Santa. Es la primera vez que imágenes así, logradas con la aplicación de la más avanzada tecnología láser, se pueden contemplar fuera de un laboratorio, en la girola de la Catedral. La Fundación Cristina Masaveu Patterson patrocina esta exposición a cuya inauguración, ayer por la tarde, el Arzobispado invitó al presidente Vicente Álvarez Areces, al alcalde Gabino de Lorenzo, a las alcaldesas de Gijón y Avilés, Paz Fernández Felgueroso y Pilar Varela, y a un sinfín de autoridades y personalidades académicas.

Julio Ruiz, investigador del Centro de Investigación de Nanomateriales y Nanotecnología, que depende del INCAR, y miembro del equipo responsable de este proyecto expositivo junto a Ramón Torrecillas, del CSIC, guió a los invitados por la girola, en la que se han dispuesto las imágenes virtuales de la Caja de las Ágatas, las cruces de los Ángeles y la Victoria, el Cristo de Nicodemo y los dípticos Consular y de Gundisalvo. En el centro, una pantalla táctil suministra información sobre las piezas, que giran sobre sí mismas deslizando los dedos sobre su superficie, lo que permite contemplarlos desde perspectivas inéditas.

Algunos de los elementos de la exposición «Los tesoros de la Catedral» comenzaron a gestarse hace dos años y se han ido perfeccionando, incorporando los nuevos hallazgos técnicos. Un equipo de medición holográfica se trasladó a la Cámara Santa por la imposibilidad de sacar los elementos y trasladarlos al laboratorio. Se exponen cinco holografías y realidades virtuales, pero en el Centro de Nanotecnología hay más elementos que podrían incorporarse. «Se está trabajando en esa línea», admitió la directora de proyectos de la Fundación Cristina Masaveu, Ana Martínez Obregón. La exposición se mantendrá en la Catedral todo este año jubilar, con posibilidad de prorrogarla el próximo y se estudia la posibilidad, añadió, de hacerla itinerante y llevarla, entre otros lugares, al Santuario de Covadonga.

El desarrollo de esas imágenes virtuales responde a algo más que a un reto científico. La iniciativa fue promovida por el arzobispo Carlos Osoro, preocupado por las personas cuyas limitaciones físicas les impiden acceder a la Cámara Santa. De hecho, en el acto de ayer había una amplia representación de colectivos de personas con discapacidades.

La inauguración de la exposición de holografías no era el único motivo de la convocatoria, que comenzó con un concierto del Coro Universitario de Oviedo, dirigido por Joaquín Valdeón, y siguió con una lección magistral sobre la construcción del templo del catedrático de Historia del Arte Vidal de la Madrid. La visita a la Catedral sirvió para repasar las actuaciones financiadas por la Fundación Cristina Masaveu desde que se firmó el acuerdo marco con el Arzobispado. Entre ellas están incluidas la mejora de los accesos a la Cámara Santa, con una estructura provisional que se mantendrá durante el año santo y la actualización de la cartelería y la señalización del interior.

El presidente de la Fundación Cristina Masaveu, Fernando Masaveu, expresó al final de la visita a la basílica, en el claustro gótico donde se sirvió un vino español, su disposición a «contribuir en el futuro en la conservación del patrimonio de la Iglesia» y reivindicó el espíritu de la creadora de esta institución. «La Fundación fue el último acto de generosidad y responsabilidad social de su fundadora», declaró, y está imbuida, añadió, de su «espíritu liberal, moderno».