Á. FIDALGO

La parroquia de San Francisco Javier, en la Tenderina, reunió ayer a casi cuatrocientos niños de Primaria en la fiesta de la catequesis, una celebración enmarcada en los actos conmemorativos del 50.º aniversario de la parroquia.

La asociación de vecinos también se volcó en esta celebración, convocando un concurso de redacción y dibujos sobre la figura de los abuelos y los valores que representan, lo que agradeció el párroco, Alberto Reigada.

La fiesta comenzó a las seis de la tarde en el templo parroquial y después continuó en la plaza de la iglesia y en la que está al lado, donde los niños, previamente distribuidos por grupos, participaron en talleres que giraron en torno a la solidaridad y la figura de San Francisco Javier.

Los niños también tuvieron que inventar una canción solidaria, mientras a lo largo de la tarde otra canción animaba a los jóvenes compositores: «Quien cambia el corazón cambia la vida».

A las siete y media se entregaron los premios y la celebración culminó con una monumental chocolatada. Todo resultó perfecto, hasta el tiempo. «Celebramos los cincuenta años de la parroquia y convoqué a los niños para cuando se cumplan los cien», comentó con humor Alberto Reigada.