Las eléctricas ofertan poco descuento a los consumidores, a la vista de Garoña y lo poco que dan de sí los molinos, y la Bolsa, de 9.903,7 puntos, máximo anual, pasa a 9.700, con la ayuda de los grandes valores. Yo desconfío de la Bolsa. Vernon Smith, Nobel de Economía en 2002, y John List, de la Universidad de Maryland, maestros en Economía experimental, simularon en laboratorio el funcionamiento del mercado bursátil con corredores y tahúres de las finanzas y el resultado fue desequilibrado y nefasto; en cambio, repitieron las pruebas intercalando entre los expertos a ignorantes del sistema y obtuvieron resultados satisfactorios. Dice List que demasiada familiaridad con las reglas del juego puede convertirse en una desventaja para la buena marcha de los negocios. O sea, la Bolsa necesita «primos», como la Lotería, por eso nunca quise parentesco con ellas.