Estudiante y aventurero humanitario

Javier NEIRA

Luis Silverio Menéndez Campa -ovetense, estudiante- partirá el próximo día 18 en coche hasta Ulan Bator, capital de Mongolia, en un rally solidario que servirá para recaudar fondos y atender iniciativas humanitarias que se desarrollan en el lejano país asiático. Lo acompañarán otros dos jóvenes estudiantes carbayones, Jacobo Boto y Luis Rodrigo Poch. Esperan llegar a mediados de agosto si, como indica, lo consiguen.

-¿En qué consiste el rally solidario?

-Se trata de eso, de hacer un rally con sentido solidario, con una dimensión de ayuda a personas muy necesitadas. Los participantes saldremos de forma simultánea de Barcelona, Milán y Londres.

-¿Tres caravanas?

-Realmente no son caravanas porque cada uno va a su aire, por donde quiere o puede. Este rally fue inicialmente idea de dos británicos que quisieron, de esta forma, acabar con su coche.

-¿Cómo?

-Es que al final entregamos el coche a la ONG que organiza el rally. Salen 250 equipos de cada una de las tres ciudades. Éste es el cuarto año en el que se celebra. Va a más, cada vez cuenta con más participantes.

-¿Qué coches utilizarán?

-Los coches tienen que tener menos de mil centímetros cúbicos. El lema oficioso del rally es que si todo sale bien es que nada ha salido bien. Y es que debe costar. Se trata de ir con un coche usado, digamos que malo, y llegar hasta Mongolia. No hay rutas preestablecidas, ni etapas ni asistencia técnica de ningún tipo. Saldremos el 18 de julio desde Barcelona. Hay, eso sí, una fiesta en la República Checa, en Pilsen. La llegada debería ser en torno al 15 de agosto.

-¿Y la beneficencia?

-El rally es una aventura y un gesto de solidaridad, al llegar se entrega el coche, que será subastado. Se dona a la ONG, a la Fundación Christina Noble. Aunque usado cuenta y, además, hay que dar mil libras esterlinas y también existen algunas penalizaciones económicas que se suman a la donación. Nuestro coche es un Polo GT que hasta ahora nunca salió de Asturias y va a morir, por así decir, a Mongolia. Es una forma romántica de abandonar un coche.

-¿Qué ruta van a hacer?

-Íbamos a ir inicialmente desde Barcelona a Turquía para seguir hacia Irán y por ese país hacia delante. Pero, tal y como están las cosas, en Irán cambiamos de idea. Vamos pues a ir por Georgia, en Azerbaiyán cruzaremos el Caspio y a Uzbekistán y hacia el Norte.

-¿Y la vuelta?

-No sabemos aún. Puede pasar cualquier cosa. Lo que cuenta es que vamos hasta Mongolia, hasta Ulan Bator, para ayudar a los llamados «niños rata» que viven en las cloacas de los desechos del resto de la gente. La ONG los saca de esa terrible forma de vida y los lleva a construcciones típicas del país, donde hay jardines de infancia y buenos equipamientos.

-¿Cómo cubrirán los gastos?

-Con patrocinadores y con publicidad. El presupuesto total es de 9.000 euros. Dormiremos en tiendas de campaña, claro.

-Insisto, ¿y la vuelta?

-Podemos quedar tirados en cualquier lado por eso no tiene mucho sentido planificar el regreso. En caso de llegar, estaremos tres días en Ulan Bator viendo lo que hace allí la ONG y cogeremos el ferrocarril transmongol hasta Moscú y después un vuelo hasta Madrid. Y, si no, a buscar una estación de autobuses donde quedemos tirados y a ver qué hacemos. El Ayuntamiento de Oviedo, a través de las concejalías de Cultura y de Juventud, nos da mil euros.

-¿No van chicas en su expedición?

-No se atreven a venir.

-¿Por ustedes o por el viaje?

-Fundamentalmente por Uzbekistán. Los tres tenemos novia, pero no han querido acompañarnos.

-¿Solidaridad o folclore?

-Es una oportunidad única en la vida. Requiere mucho esfuerzo y, además, vamos a llevarnos lo bueno del viaje y entregar lo bueno nuestro, lo que tenemos.

-¿Cómo se orientarán?

-Está prohibido el uso de los GPS, sólo valen las brújulas y los mapas.

-No hay forma de controlar si utilizan o no GPS.

-No pueden, pero son las normas que tendremos en cuenta.