David GONZÁLEZ

La estación de autobuses de Oviedo acogió ayer la exhibición del artesano gaitero Miguel Alonso Cachafeiro, que realizó ante el público varias demostraciones de los pasos que se han de seguir en el proceso de fabricación de una gaita asturiana.

Cachafeiro detalla el proceso, punto por punto, que los artesanos siguen para la construcción de un instrumento. En primer lugar, ha de seleccionarse cuidadosamente la madera de la que se harán las distintas partes de la gaita. Este lutier utiliza varios tipos: de boj, de ébano y de granadillo. A continuación, se taladran con una barrena para formar los conductos interiores. Después, las piezas son torneadas a mano.

«Esta es la parte más importante de todo el proceso, y la que da personalidad a la gaita, pues aquí se ve la firma de cada artesano», explica. Este creador, que ha fabricado gaitas para Hevia y Llan de Cubel, tornea sus instrumentos de fuera hacia adentro, y graba cinco rayas en la madera para identificarlos como hechos en su taller.

Una vez torneadas, las ocho piezas que forman el esqueleto de la gaita se encajan entre sí y se les añade el fuelle, hecho de piel de cabra o de goretex. Posteriormente, «se viste el armazón», en palabras del artesano. Este paso consiste en rematar las costuras con ornamentos como cordones y otros tejidos.

Por último, sólo resta probar la gaita. Lo principal es el punteru, o flauta melódica.

«Esta es la pieza primordial, que, para que la gaita pueda sonar melódicamente, tiene que estar siempre bien afinada. Otras partes muy importantes son los roncones y la copa, por los que sale el aire», explica Cachafeiro.

La fabricación de una gaita de buena calidad cuesta aproximadamente unos 350 euros, por lo que para que le salgan rentables tiene que vender dos o tres al mes, a un precio de unos 700 euros por cada una de ella. Si se le añaden adornos de plata o aluminio, la gaita puede llegar a costar 2.500 euros. Esto es lo que habría que pagar por el instrumento que más le gusta a Cachafeiro de todos los que ha fabricado.

Por otra parte, según el lutier, la crisis económica no ha sido buena para los artesanos gaiteros. Los gastos que conlleva el proceso de elaboración de cada instrumento son elevados. A esto se une el hecho de que las ventas se llevan a cabo de un modo exclusivamente personal en un mercado cada vez más reducido. Por esta razón, muchos de los fabricantes se plantean hasta qué punto resulta viable su actividad.

La exhibición de talla y torneado estuvo acompañada de una exposición, formada por tres gaitas hechas por el artesano, una de las cuales estaba a la venta.

La muestra estuvo abierta ayer en la estación, en horario de mañana de diez a dos y de cuatro a ocho de la tarde. Esta exposición forma parte de las II Jornadas de artesanos asturianos, que cada miércoles del mes de julio tienen como escenario la estación de autobuses. Hasta la fecha, cuatro artesanos ya han expuesto sus obras.