P. GALLEGO

-¿Qué prefiere una escenografía clásica o una moderna?

-Depende. Me gusta hacer de las dos, creo que me aburriría si siempre llevase un traje de época, pero también si sólo hiciese producciones modernas. Me gusta la mezcla, siempre y cuando lo que se ve respete lo que está escrito en la partitura y su intención.

-¿Y en esta producción?

-Es una mezcla tradicional y pop muy interesante. El director se ha sumergido en el sentido filosófico de la obra, y creo que la función refleja muy bien el contraste entre drama y comedia que contiene la obra. Creo que es una muy buena decisión para presentar esta obra.

-¿Sería de nuevo cantante de ópera si pudiese volver a elegir?

-Sí. Además siempre digo que yo no elegí mi carrera, sino que la ópera me eligió a mí. Cuando terminé mis estudios no sabía si sería capaz de ganarme la vida como cantante, pero era demasiado joven para pasar ya a ser profesora. Así que decidí probar. Mi primera ópera fue «Otello», de Verdi, y cuando terminé de cantar el «Ave María» sentí algo que me hizo saber que ya no podría bajarme de un escenario jamás.