P. G.

Las primeras fiestas de la plaza de San Miguel tuvieron anoche un ambiente digno de las carreras de Fórmula 1. Como en el paddock donde se preparan los coches, cientos de personas abarrotaron los aledaños a la plaza minutos antes del inicio de la carrera de madreñas.

Tras los primeros controles para evitar infracciones del reglamento, como correr con las madreñas sujetas con gomas, casi una treintena de participantes tomó la salida. Ante ellos, el reto de subir la escalera hacia el Seminario, inicio de un recorrido que terminaba en la plaza tras girar en la glorieta de Martínez Marina y que acabó, contra todo pronóstico, sin accidentes. A la de ¡tres!, los corredores se lanzaron a la carrera entre los vítores del público. Aunque no hubo cronómetro, el ganador, Florencio Moro, completó el recorrido en poco más de 5 minutos. Para él fue la «Madreña de oro» en su categoría, por delante de Carlos Fernández, segundo clasificado. En la categoría femenina, la ganadora fue Marga Alonso.

Durante el día, las primeras fiestas de la plaza de San Miguel convirtieron ayer las calles de Campomanes y de González Besada en un hervidero de gente. Tras una misa en el parque de La Rodriga, comenzaron las actividades y las actuaciones en el escenario ubicado en la plaza. El ambiente festivo causó algunas quejas vecinales por el elevado volumen de una música que, según una vecina, se oía desde el noveno «y con todas las ventanas cerradas».