P. G.

-¿Cómo decidió dedicar su vida a cantar?

-Ocurrió de forma casual. De hecho, soy violinista. Me dediqué a ese instrumento durante dieciocho años.

-¿Y lo sigue tocando?

-(Ríe). Muy pocas veces, porque nunca estoy en casa. Yo cantaba sólo para divertirme, en pequeñas reuniones de amigos. Y ellos fueron quienes me dijeron «tienes que intentarlo e impresionar a más gente». Fue entonces cuando me decidí, y todo ocurrió de una forma muy natural, porque mi carrera musical anterior me habría preparado.

-Sólo tuvo que cambiar de instrumento.

-Algo así. Cualquiera puede aprender a tocar el violín, pero no todo el mundo tiene la voz. Cuando somos capaces de emocionar al público, de hacerles sentir la historia que cuentan nuestros personajes, y ellos nos lo agradecen con sus aplausos, la sensación es indescriptible. El mejor premio que se puede recibir.

-Supongo que su vida como cantante es bastante distinta a la que habría llevado si hubiese seguido su carrera como violinista.

-Totalmente.

-¿Piensa en su voz cuando se despierta por las mañanas?

-Todos los días. Aunque sea de forma inconsciente, uno nunca se olvida de que trabaja gracias a su voz. Aún así, intento llevar una vida lo más normal posible. Si te pasas el día pensando en si las cosas que haces son buenas o malas para la voz corres el peligro de obsesionarte. El clima de cada país cambia, cada lugar es distinto, pero sí, es cierto. Canto y pienso en mi voz hasta en vacaciones.

-¿No prefiere hacer otras cosas en su tiempo libre?

-Bueno, me gusta caminar. Sobre todo al aire libre, en comunión con la naturaleza. Cantar me absorbe tanta energía que no puedo decir que tenga un hobby concreto.

-¿Ha tenido tiempo para conocer la ciudad en su primera visita a Oviedo?

-Sí, y no me importaría volver.

-¿Es duro viajar sola? ¿Ha tenido que sacrificar muchas cosas para mantenerse en la elite de la ópera?

-Mucho. Y cada día más. Tengo una hija de 8 años que antes me acompañaba, pero desde hace dos años tiene que ir al colegio. El sacrificio es muy grande, y no mucha gente está preparada para ello. Por eso muchos cantantes maravillosos no llegan a desarrollar una carrera internacional.

-¿Cómo se siente en esta «Tosca» ovetense?

-Muy bien, es una producción muy tradicional, y el equipo es estupendo.