-¿Se acuerda de cómo empezó la peña flamenca de Oviedo?

-Claro, estaba en un festival en Elche. Llegó un señor asturiano con sus dos hijos pequeños y me dijo que había visto a un montón de cantaores, que quería hacer una peña y que habían decidido ponerle mi nombre. Ese señor era Gabino de Lorenzo. Entonces todavía no era alcalde, era un aficionado al arte. Luego conocí aquí a Miguelón, José María, Pepe Rivas, Fernando Mora, Guillermo... Se lo agradezco a todos enormemente.

-¿Qué hará hoy en el teatro?

-Vendré con Pepe Habichuela y con gran parte de mi gente. Estando en Oviedo y al tener que ver con la asociación que lleva mi nombre, pues viene toda la familia. Estarán y saldrán al escenario también. Pero en la parte central estaré con Habichuela, y también traigo un poema del maravilloso Ángel González. Lo leeré y lo cantaré de alguna manera acompañado por Tejedor a la gaita.

-¿Volverá a cantar a la gaita como hizo ya en Avilés?

-Sí, exactamente.

-¿Qué le parece el género de la tonada asturiana que algunos relacionan con el flamenco?

-A mí siempre me ha recordado al cante jondo. Bueno, a mí y a cualquiera que tenga una oreja en cada lado. Es un canto maravilloso y claro que está relacionado. Tiene el quejío, es cante jondo. No es flamenco pero sí jondo. Te recuerda directamente a un martinete, o a la inversa. Muchas veces la gente empieza con esas cosas de que si el flamenco viene de aquí o de allá. De que si hace ochocientos siglos vino un barco de la India con mosquitos y que por eso... No sé por qué se busca tan lejos cuando hay una familiaridad mucho más cercana. El flamenco es un género que viene del folklore, pero que se confunde mucho. Deja de ser folklore al hacerse profesionales, con los tablados.