Tres conclusiones inmediatas se pueden extraer del debut en París de Oviedo Filarmonía. La primera, la reválida internacional de la formación ovetense justo en el año en el que cumple diez años. Cuando, a veces, en su propia ciudad algún sector pretende siempre poner peros a su trabajo, su labor está siendo avalada por públicos de la exigencia del parisino. Creo que, como poco, da que pensar. En segundo lugar, cada vez se entiende menos la orfandad política con la que viaja esta orquesta. Vamos a ver, que nadie se escude en la milonga de la austeridad porque Oviedo con París tiene conexión directa y hace un par de meses, y doy fe de ello, un billete ida-vuelta no superaba los doscientos euros y en la capital francesa un hotelito modesto se encuentra por no más de sesenta euros la noche, desayuno incluido con rica bollería francesa. Digo yo que si no se puede pagar esto de protocolo, darán para ello los sueldos. ¿O es qué para aparentar que vivimos en una hecatombe no se puede salir más allá de General Elorza? Sinceramente me da pena porque ¿alguien ha sido capaz de valorar el acontecimiento que para una orquesta asturiana supone debutar en París? ¿Qué actividad artística en Asturias es capaz de llegar a un ciclo o a una sala de la máxima categoría internacional? Para que lo entiendan los políticos. ¿No iría ninguno si un equipo de fútbol asturiano jugase en la final de la Champions? Bien, pues el debut de una orquesta en París es exactamente eso: llegar a lo más alto. Y más aún con un éxito de público semejante, y de la mano de una de las más grandes divas de la ópera de nuestro tiempo.

En último lugar, hay que señalar que no es el triunfo de la orquesta fruto de la casualidad. Se explica por muchos factores. Uno de ellos, que en su sede en Oviedo, la agrupación tiene que tocar en un ciclo compartiendo escenario con las mejores orquestas del mundo, y eso hace que su calidad se contraste y que la exigencia aumente.

Ahora que los recortes están tocando seriamente la actividad ovetense, ¿se va a permitir que se eche abajo el trabajo realizado a lo largo de tantos años? Sólo espero que este éxito de París sirva para que quien tiene la responsabilidad reflexione y se dé cuenta de la importancia internacional que en Oviedo tiene la actividad musical. La música es una embajada cultural de impresionante repercusión, quizá la única de la que Oviedo puede presumir a primer nivel. Ojalá París sirva de punto de inflexión a la tendencia actual.