Para evitar problemas, la Universidad de Oviedo ha suspendido las clases en el campus del Cristo, debido a las dificultades de acceso a causa de la nieve; de hecho, el propio Cristo de esta parroquia lleva cadenas desde tiempo inmemorial, que no se quita ni en verano. Los autobuses urbanos rodaban hasta las mismas Facultades, pero es posible que un par de escalones de éstas, si un operario no esparció sal por encima, estuvieran resbalosos. Y como limpiarlos es complejo y costoso, y subir con cuidado un desafío más extremo que poner una pica en Sotres, se quedan miles de estudiantes en casa sin resolver los problemas académicos, que no dejan de ser los problemas que planteará la vida a estos veinteañeros. En el primer día de trabajo del año, ante lo que podría ser la primera lección de supervivencia y conocimiento del medio, los catedráticos se achantan.