«Frida» es una obra mestiza en la que se dan las manos la novela negra, la narración policiaca, la novela histórica o la psicológica, pero además es también una descripción dramática de lo que el narcotráfico genera en México, ahora y en los años cuarenta. «Pero no es una narconovela», aclara el autor.

El periodista murciano Gregorio León se ha alzado, con esta obra, con el X Premio internacional de novela «Emilio Alarcos Llorach». El fallo se dio a conocer ayer en el Centro Asturiano de Oviedo, entidad que convoca y patrocina el premio para conmemorar la figura del lingüista, fallecido hace doce años.

«Lo de menos es la cuantía económica -18.000 euros-, lo más importante es el reconocimiento de un jurado en el que están dos académicos -Luis Mateo Díez y José María Merino- y la posibilidad de publicar en una editorial como Algaida, lo que garantiza una buena edición y distribución», afirmó ayer el escritor murciano tras conocer que había ganado el premio.

León se mostró «muy feliz» de poder acercarse a los lectores «con una historia novedosa». Cuando la obra sea un libro, el próximo mes de septiembre, «Frida» será la cuarta novela publicada por el periodista murciano.

La presidenta del jurado, Joséfina Martínez, viuda de Alarcos, y el académico Luis Mateo Díez, destacaron la gran calidad de las alrededor de 80 obras que concurrieron al concurso. El resto del jurado lo integraron José María Merino; el escritor y periodista Juan de Lillo; el escritor y guionista David Torres; la escritora y periodista Eugenia Rico y el director general de la editorial Algaida, Miguel Ángel Matellanes.

«Frida» narra dos historias. Por un lado, el supuesto romance de la artista Frida Kalho con el líder comunista asesinado Leon Trotsky, y por otro los asesinatos que provoca el narcotráfico. Como nexo de unión está una detective que investiga el paradero de un supuesto retrato que la pintora le hizo a su amante comunista. El resto se podrá leer a partir del próximo mes de septiembre.

Como anticipo valga decir que Luis Mateo Díez calificó la obra de Gregorio León como «muy plástica», en la que la realidad virulenta del narcotráfico «se transmite muy bien» a través de una «fábula contemporánea sobre el mundo del delito que está sumamente integrado en la sociedad mexicana».