Actor ovetense, triunfa con «Vaya tropa» y «Acusados»

Javier NEIRA

José Burgos tiene 29 años, es actor y carbayón «de la calle Padre Aller, en Vallobín, cerca del parque Pura Tomás, donde de niño aún había muchas vacas». Ahora triunfa en Madrid, en la televisión, en series como «Acusados» y «Vaya tropa», y reflexiona sobra la emigración de talento hacia la capital de España y el consiguiente desperdicio para la tierra de origen.

-¿Otro asturiano en Madrid?

-Sí, asturiano, ovetense, mis padres también son ovetenses con enlaces familiares en Luarca, Mieres y Galicia. Estudié el Bachillerato en el Loyola, en el colegio de los Escolapios, en el Naranco. De mi curso eran Carlos Martín Tornero, Pedro Laguna, Jorge Bascarán, Alfonso Ribera, Pedro Espías...

-¿Cómo se hizo actor?

-Me entró el gusanillo, fui al ITAE, en Gijón. Nada más entrar se produjo una huelga para que lo homologasen y estuve un año más tras la huelga. Decidí ir a Madrid. Para los actores Asturias está fatal. Es lamentable que no se explote en casa el talento propio. No hay apoyo. Estamos estancados, en Asturias hay muchísimo talento, pero la gente se va y todo se transfiere a Madrid. Los actores en Asturias están mal pagados y en la televisión asturiana no hay apenas ficción, así que me fui a Madrid a la Escuela de Cristina Rota, la madre de Juan Diego Botto. Los fines de semana teníamos funciones hechas por los alumnos y así hicimos muchas tablas. Allí estuve tres años. Después, la directora me ofreció un papel en una obra suya y posteriormente otro en una sobre el golpe militar argentino y, en fin, actué en una tercera de un amigo mío. Entré en el «Hamlet» de Juan Diego Botto, que hicimos por toda España y en Madrid en el teatro María Guerrero, y entonces empecé a tener trabajillos en el audiovisual, capitulares como «Escenas de matrimonio», «El síndrome de Ulises», «Cuéntame», «La casa vecina», «Colegas», «Acusados» y algunos otros. Y en otoño, Cuatro me llamó y me cogieron para «Vaya tropa», un resumen de la actualidad sacándole punta.

-¿Milita en la llamada mafia asturiana en Madrid?

-No, oí hablar de eso pero voy bastante por libre. Casi no conozco a ningún asturiano en Madrid. O si los conozco apenas los trato. Apenas gente que encuentras por la calle. Ni me surgió la oportunidad ni me suele gustar porque entonces nunca sales de un sitio. Estuve un año en Liverpool y allí los españoles se reunían, pero yo siempre prefería estar fuera de esos grupos para mezclarme un poco con otra gente. Después del ITAE hice dos obras de teatro en Gijón, en una sala cerca de la Renfe, y fue cuando me pareció buena idea ir a Liverpool a trabajar de camarero y aprender inglés. Me vino muy bien, así se abre la mente.

-¿Sigue siendo cierta la crisis del teatro?

-Creo que la famosa crisis del teatro no es cierta, por una vez se nota bastante más en otros sectores. Sí hay crisis y de carácter perenne en el sentido de que se ofrece mucho de unas cosas y muy poco de otras. Lleva a sospechar que está en crisis porque mucha gente asocia el teatro con el aburrimiento, con esa forma de hablar a lo Nuria Espert, muy engolada. Los teatros tienen bastante buena acústica como para poder hablar normal. Todo es una pequeña farsa, de todos modos aun así lo más real es el teatro. En el cine o la televisión cortan constantemente, son una mentira por así decir, aunque quedan más reales.

-¿Puede explicar mejor lo de Nuria Espert?

-Sin ofender, pero, la verdad, los actores estilo dinosaurio como Nuria Espert ya están pasados, se ponen a hablar con trémolo, con una voz quebrada. La última vez que vi una «Celestina» nada más salir a escena empezaron «¡Oh, Dios mío! ¡mi hija!». Ya se fastidió, pensé, dos horas aquí, quemado. El texto clásico ya tiene suficiente énfasis en sus palabras. Habría que quitarle peso, pero hacen al revés y le dan más aún. Todo evoluciona, hasta la manera de ver el fútbol. Y el teatro no puede sobrevivir con las mismas voces engoladas del siglo XIX. La gente va más al cine porque hablan de una forma normal y creíble.

-¿El teatro está en la televisión?

-Hay muchas series, muchos sketch, muchas oportunidades para los actores. No es todo seguido como en el teatro, pero está muy bien.

-Arturo Fernández cuando de verdad se hizo famoso fue con una serie de televisión.

-Sí, actué en el María Guerrero, pero sólo al salir en un capítulo de «Escenas de matrimonio» me saludó la frutera. Si no sales en televisión, no eres actor, cree alguna gente. En sólo seis días en televisión tu cara se ve mucho más; para un actor en un medio enorme. La televisión es muy agradable y al tiempo asusta porque si no estás ahí parece que no existes.

-Usted es uno de los 100.000 asturianos que en los últimos diez años se fue de Asturias.

-No se cuida el producto regional. Tengo amigos vascos, gallegos o andaluces y ves que allí hay otra cosa aunque emigren. Cuidan más a la gente de la tierra. Asturias está estancada. Creo que habría que hacer un llamamiento y decir que es una pena que tanta gente se haya tenido que marchar de Asturias.

«Los actores estilo dinosaurio como Nuria Espert ya están pasados»