Javier NEIRA

Un duro de plata de la I República es la pieza más cara que se mostró en la XXXVI Exposición Convención Nacional de Numismática celebrada ayer en Oviedo: vale 35.000 euros. Pertenece a la colección del especialista madrileño Jesús Vico, presidente de los numismáticos españoles. Se acuñaron apenas 100 piezas, de las que se conoce el paradero de sólo 26.

A las nueve de la mañana, los salones del Gran Hotel España ya estaban llenos de aficionados que recorrían las mesas expositoras con monedas, medallas, sellos, ejemplares de prefilatelia asturiana -anteriores a las emisiones de sellos propiamente dichas-, billetes, revistas antiguas, cartelería, postales de época y especímenes de loterofilia y timbrología.

Un mundo apasionante y lleno de paradojas para quienes no son expertos, ya que al lado de los 35.000 euros por un duro de plata de hace poco más de cien años se vendía un lepton -también conocido como prutah- de Herodes por 25 euros y una pieza similar de Pilatos por 50 euros. En el mercado el principio de escasez manda sobre la antigüedad.

Benjamín García, asturiano de Ujo, alma de la cita anual que se celebra desde mediados de los años setenta, y presidente del Grupo Filatélico y Numismático ovetense, comenta satisfecho que en la sala «hay ahora gente de Barcelona, Gerona, Madrid, Zaragoza, Valladolid, Bilbao, Segovia, Alicante... y claro de Asturias. Se trata de coleccionistas profesionales, editores de catálogos, organizadores de subastas nacionales e internacionales y aficionados. La gente ve lo que hay, compra, vende, saca impresiones y logra asesoramientos. Contamos con unos 50 expositores con miles de piezas y más de 300 comerciantes profesionales. Es una de las convenciones más importantes de España».

Benjamín García no tiene dudas: «Se colecciona por afición, pero al mismo tiempo se pretende al menos no perder dinero. Se piensa sobre todo a largo plazo, en el futuro. Yo empecé hace 50 años y claro muchas monedas que tenía entonces se han revalorizado enormemente».

Entre los numerosos puestos destaca la oferta del madrileño Juan Cayón -«una institución a nivel nacional» según comentan en la sala- que muestra una onza de José I -de 320 reales- que vale ahora 17.000 euros, y un duro de níquel del general Franco, acuñado en 1951, que vale 2.000 euros porque se editó con una particularidad -en vez de 1951 se puso E51- que lo hace muy valioso. En fin, también exhibe un billete de 1937 con la dama de Elche, encargado por el Gobierno de la República, con sede en Valencia, que se realizó en París, pero no pasó de las pruebas de imprenta y que vale ahora 12.000 euros.