L. S. NAVEROS

El proyecto de ampliar el aparcamiento de la Escandalera bajo el paseo de los Álamos salvaría, si finalmente se llega a un acuerdo, una difícil papeleta económica al Ayuntamiento de Oviedo, que se enfrenta a una retasación de la expropiación de «Villa Magdalena», ubicada en la zona más cara de la ciudad, en la avenida de Galicia. Más allá de la conveniencia o no de llegar a un acuerdo con la anterior empresa propietaria, LA NUEVA ESPAÑA ha hablado con cuatro arquitectos y urbanistas, que analizan si es acertado abrir un gran aparcamiento en el «ombligo» de Oviedo. Las opiniones están divididas.

El arquitecto Emilio Llano considera que el proyecto «da respuesta a una necesidad evidente», tanto para los residentes, ya que en esa zona hay muchos edificios sin plazas de garaje, como para los comerciantes. «Lo que demanda un centro cívico es tener resueltas las dotaciones de aparcamiento. Es una tendencia en muchísimas ciudades de España, como por ejemplo Logroño, donde se ha hecho un aparcamiento en la plaza del Espolón», destaca Llano. El arquitecto -autor, precisamente, de la rehabilitación del palacete «Villa Magdalena», entre otros proyectos como la estación de autobuses o el centro comercial Los Prados- considera que el argumento de que hay plazas libres en la red de aparcamientos municipales no contradice la necesidad de un gran estacionamiento en el centro. «Una cosa es que haya plazas libres en zonas periféricas y otra muy distinta es que en el mismo centro, donde se concentra la actividad comercial e institucional, haya necesidad de más plazas». Llano añade que el actual aparcamiento de la Escandalera «se ha quedado obsoleto» y que no responde a las actuales necesidades.

Una opinión similar sostiene el también arquitecto y urbanista Felipe Díaz Miranda, que considera que «todo lo que sean alternativas al tráfico rodado enriquecen el uso de la ciudad. El vehículo es una necesidad de la sociedad actual que se debe satisfacer. En las ciudades plurinucleares es positivo crear en los extrarradios intercambiadores urbanos, lugares para dejar el coche y coger otro medio de transporte. Pero en ciudades como Oviedo, uninucleares, la única alternativa es crear en el centro aparcamientos subterráneos, donde menos dañan los coches». Además, Díaz Miranda destaca el efecto de atracción que el aparcamiento puede generar de cara al comercio. «Los centros de las ciudades compiten con los centros comerciales construidos en los extrarradios. Facilitar el aparcamiento en el centro es dar nueva vida comercial a la ciudad, crear una especie de centro comercial al aire libre», defiende el arquitecto,

Opinión distinta sostiene el también urbanista José Ramón Fernández Molina, autor del Catálogo de Bienes de Interés del municipio, que considera que el proyecto va «en la dirección contraria» de uno de los principales logros de la política impulsada por Gabino de Lorenzo, las peatonalizaciones. «Es paradójico. Se trataba de expulsar al coche del centro y ahora lo estamos llamando al ombligo de Oviedo», reflexiona Fernández Molina, que cree que la idea es desacertada por una cuestión de «escalas». «Oviedo es pequeño, no conviene sobrecargarlo de tráfico. Debería irse a resolver la accesibilidad con una graduación. La ronda interior sería el lugar adecuado para construir aparcamientos y establecer un sistema de transporte limpio, con minibuses eléctricos, por ejemplo, para acercar desde estos puntos al centro urbano, con periodicidades cortas, de unos diez minutos». El arquitecto considera que «no se arregla un problema económico creando un equipamiento descontextualizado de cualquier planificación» y aprovecha para pedir una mejor señalización viaria, «tanto en diseño como en cantidad» para mejorar el tráfico de la ciudad, que considera «caótico».

Víctor García Oviedo, arquitecto y urbanista, discrepa igualmente de la conveniencia de construir un equipamiento en el lugar más céntrico de la ciudad sin planificación. «El problema no es tener una idea, la del aparcamiento, que puede ser buena o mala; el problema está en que se plantea sin planificación alguna, no para resolver un problema urbanístico de la ciudad, sino para salvar una papeleta económica. ¿Quién es el promotor de esta idea, un empresario o el Ayuntamiento, que es quien tiene la obligación de gestionar la ciudad? ¿Y cuáles son los objetivos, resolver un problema urbano o condonar una deuda?».

«El centro necesita tener resueltas las necesidades de aparcamiento»

<Emilio Llano >

Arquitecto

«Facilitar el aparcamiento en el centro es dar nueva vida a la ciudad»

<Felipe Díaz Miranda >

Arquitecto

«Es paradójico, va contra la política de peatonalizaciones, un éxito de De Lorenzo»

<José Ramón Fdez. Molina >

Arquitecto

«La idea se plantea sin ninguna planificación, sólo para resolver un problema económico»

<Víctor García Oviedo >

Arquitecto