Javier NEIRA

Con el espíritu de Fernando Valdés Salas, creador, cuatrocientos años atrás, de la institución académica asturiana y las ideas, de hace un siglo, sobre la extensión social del saber, impulsadas por Alas, Canella o Sela, ha nacido la Fundación Valdés-Salas, promovida por un grupo de profesores y empresarios asturianos. La primera reunión del patronato se celebró anteayer en la Universidad de Oviedo.

Se trata de una institución plenamente privada, pensada para el conjunto de Asturias e integrada fundamentalmente por profesores universitarios y capitanes de empresa salenses.

Y es que el carisma académico y emprendedor de Valdés sigue de alguna manera impregnando el ambiente de aquellas coordenadas.

Por eso no es casual que en el conjunto de la Universidad española haya actualmente 8 catedráticos y 22 titulares de Salas, un concejo con solo 6.000 habitantes, que quizá tenga la tasa más alta del país en cuanto a docentes en la enseñanza superior.

Por eso mismo tampoco es casual que de esos territorios, en sentido amplio, sean empresarios tan destacados como Plácido Arango, José Cosmen o Francisco Rodríguez, los tres representados en el nuevo patronato. También forman parte de la Fundación, Cajastur, Telecable y el Ayuntamiento de Salas, representado por su alcalde, José Manuel Menéndez, que ha cedido para sede la casa solar del fundador de la Universidad de Oviedo.

El patronato está presidido por Juan Velarde, salense, catedrático emérito de Economía de la Universidad Complutense de Madrid. El vicepresidente es Joaquín Lorences, catedrático de Economía de la Universidad de Oviedo y asimismo salense. También forma parte del patronato Isidro Sánchez, salense, profesor de Matemáticas de la Universidad de Oviedo y director del Aula Valdés-Salas, una institución muy reciente y productiva con la que frecuentemente compartirá actividades la nueva fundación.

Como indicó ayer a LA NUEVA ESPAÑA Joaquín Lorences, «el objetivo es hacer actos académicos y culturales en zonas sobre todo rurales para colaborar en la difusión del conocimiento científico y tecnológico en espacios alejados de los recursos. Nos basamos en un principio universal: la educación y la formación son los condicionantes decisivos del desarrollo integral de cualquier sociedad».

En ese sentido Lorences ofrece un dato revelador: más del 50 por ciento de los españoles no supera la educación obligatoria. En Europa, el 30 por ciento; en EE UU, el 12 por ciento, y en Japón, «el porcentaje es prácticamente insignificante». De ahí la dificultad que existe en España «para asumir y explotar las nuevas tecnologías».

Lorences añade que «la primera institución privada de este tipo que aparece para apoyar actividades de la Universidad de Oviedo es la nueva fundación». Cuentan para este año con un presupuesto de 45.000 euros, aprobado el pasado viernes.

Entre las iniciativas programadas destacan unas jornadas, en junio, en torno al vino de Cangas, un recurso cultural y con gran valor económico; en Navia se celebrarán sesiones de estudio sobre la figura de Jovellanos, en el año prólogo a los dos siglos de su fallecimiento, y en Tineo habrá una línea de trabajo en torno al motor. Mantienen conversaciones con fundaciones de algunas empresas como Hidrocantábrico para hacer unas jornadas sobre energías renovables.

Lorences insiste en que «no se trata de decirle a la sociedad lo que debe hacer, sino de ayudar a que tome decisiones de una manera informada».