Juan Francisco Casas expone en Galería Vértice, id sin falta; con un bolígrafo Bic dibuja a sus amigas y a él mismo en hogareñas poses provocadoras, muecas forzadas que pretenden pasar por divertidas, gestos rebeldes, burlones y un punto canallas, transferidos al papel desde fotografías. Fotorrealismo monocromo el suyo, que capta supuestos ajetreos domésticos donde, más que sorprendidos, los protagonistas pretenden perturbar al espectador mirón. Aunque aparente orgía, no es cutre; es opuesto a las fiestas de Roldán, si alguien las dibujara, concebidas también con mucho blanco, a base de calzoncillos. Por comparar: si Malcom Morley diseccionaba sus fotos, cuadrícula a cuadrícula, y Gerhard Richter difuminaba los contornos, este artista jienense perfila pelo a pelo, y hay en los tres un no sé qué inquietante y desazonador, más allá del precio de los cuadros.