Chus NEIRA

El café Pizarra, en la plaza de la Catedral, saludó ayer en sesión vermú y con muestra de miniconcierto de cuatro canciones, el nacimiento de «Truequedart», una superbanda que promete un viaje por las músicas del mundo con abundancia de reggae y funk y en la que sus componentes no han reparado en gastos.

A la inversa de lo que hacen otras formaciones en tiempos de crisis, esta expedición que dirige el multiinstrumentista y rastaman Imanol Núñez se ha dejado los cuartos en un disco de lujo, grabado, mezclado y masterizado en los mejores estudios, con la producción de Roger Rodés («Macaco», «Facto Delafé») y una nómina de músicos sacada de la primera división de la última escena asturiana. Los otros cinco son el bajista Antón Ceballos, el teclista y Mc Mario Fueyo, Dj Pimp, el guitarrista Aníbal Menchaca y el batería Sergio Pevida. Ayer se les vio con ganas y orgullo. Las cuatro canciones que hilaron con perfección de sound-machine justificaron los motivos por los que han echado la casa por la ventana. Creen en «Truequedart», creen en «Movament» (así se llama el disco debut) y están seguros de que es una delicatessen musical que cotizará al alza.

Con sonidos latin, funky, recitados, rapeados, ejecución impecable y confianza ciega en el triple mortal que se acaban de marcar, los «Truequedart» defendieron su música como un mestizaje sin fusión. Tocan varios palos bajo un mismo barniz urbano, pero en cada uno lo hacen de la forma más clásica posible, obligándose a ejecutar el reggae «como se hacía hace cuarenta años», argumentó en la rueda de prensa Mario Fueyo.

Las letras, algunas vinculadas a temáticas sociales, las más al viaje interior de actitudes vitales, todas muy positivas, liberadoras y gozosas, completan el ingenio «Truequedart», que hasta la fecha se ha podido disfrutar en directo en Pola de Lena y que promete aterrizajes de importancia para el verano. Atención.