L. Á. VEGA

Un joven marroquí de 18 años, M. R., falleció poco antes de la una y media de la tarde de ayer al ser arrollado por un tren de Feve a la altura de San Claudio. El joven, interno del centro de menores de Sograndio, no se percató de la presencia del convoy cuando se dispuso a cruzar las vías debido a que estaba escuchando música con unos auriculares, según manifestaron fuentes de Feve. El conductor del tren, que realizaba la ruta San Esteban-Oviedo, intentó avisar al joven por todos los medios a su alcance, tanto con señales acústicas como luminosas, pero no pudo evitar el atropello. El impacto fue tan brutal que el joven salió despedido a unos 25 metros de distancia.

El joven, que estaba ingresado en el centro de menores en régimen semiabierto, regresaba a Sograndio tras haber acudido en la mañana de ayer a una autoescuela, donde estaba sacando el carné de conducir. El joven pretendía comer en el centro para luego incorporarse a las actividades marcadas para la tarde. El muchacho seguía con éxito un curso de peluquería.

Su fallecimiento ha causado una gran consternación entre el personal del centro, puesto que el joven marroquí estaba completando con éxito su rehabilitación. Fuentes de la Consejería de Justicia indicaron que se trataba de «un interno excepcional». El marroquí había estado interno en el centro materno-infantil situado junto al parque de Invierno de Oviedo. En el centro estuvo involucrado en una agresión a un monitor, por lo que fue trasladado a Sograndio.

En el lugar del suceso, el personal de una UVI móvil intentó reanimar al joven herido, sin éxito, ya que falleció poco después. El levantamiento del cadáver por parte de la autoridad judicial se efectuó poco antes de las tres de la tarde.

La circulación en la línea San Esteban-Oviedo estuvo interrumpida desde la hora del atropello hasta poco después de las dos de la tarde. Feve tuvo que disponer un transporte alternativo para los pasajeros de dos trenes.