P. G.

Hablar sobre la carrera musical de Rafael Martos puede sonarle a chino a más de uno, pero si se cambian dos letras a ese nombre para convertirlo en «Raphael», el resultado será distinto. El de una biografía dedicada a la música y construida sobre el pilar de la familia. En ella el cantante jiennense (Linares, Jaén, 1945) escribe hoy otra página con el concierto que le trae a Oviedo (Auditorio, 21 horas) con el espectáculo «50 años después».

Justo medio siglo es el «ratito» que lleva Raphael en el mundo de la música. El tiempo justo para grabar 75 discos -en proporción, uno y medio al año- tras ganar el primer premio del Festival de Benidorm de 1962 y lanzarse al estrellato. Cincuenta años en los que ha vendido más de 50 millones de discos, ha colaborado con artistas de la talla de Cliff Richards o Tom Jones y ha paseado el «estilo Raphael» por los escenarios más importantes del mundo.

La vida de Raphael, eternamente vestido de negro y rejuvenecido con el tiempo, tuvo un punto de inflexión en 2003. Con un hígado nuevo el de Linares salió de quirófano renovado. Dispuesto a subir otro escalafón, si es que le quedan, dentro de un complejo panorama musical que, pese a la crisis, siempre guarda sitio para él. Prueba de ello es su álbum «De vuelta», su recopilatorio «Maravilloso Raphael» y «Cerca de ti», sus últimos trabajos discográficos.

En «Raphael: 50 años después» el cantante une su voz inconfundible a la de otros artistas para celebrar sus bodas de oro en la música. Algunos, quizá muchos, de quienes se reunirán en el Auditorio para verle y escucharse llevan desde el principio con él. Hoy celebrarán juntos ese cumpleaños. Para «hablar del amor» con el que dice ser «aquel» y sin que, por ello, se desate ningún «escándalo».