David ORIHUELA

Era uno de los años más difíciles para la feria del libro de Oviedo, pero tras nueve días de actividad el balance es altamente positivo. Se han superado tanto el número de visitantes como el número de libros vendidos, y todo en una edición marcada por la crisis económica que supuso una importante rebaja de las subvenciones para la organización de la feria y que auguraba un descenso en las ventas. El descenso en las ayudas económicas se solventó por parte de la Asociación de Libreros apretándose el cinturón. En las ventas, han aumentado sensiblemente las de ediciones de bolsillo. Así que los libreros ponen de su parte y los clientes no dejan de comprar, aunque en formatos más asequibles.

Durante los nueve días que ha durado Libroviedo, por la carpa instalada en el Paseo de los Álamos han pasado 78.000 personas, 3.000 visitantes más que en la edición del año pasado. En cuanto a las ventas se ha pasado de 5.450 a 5.700 ejemplares vendidos.

La obra más vendida a lo largo de la semana larga que ha durado Libroviedo ha sido «Melania Jacoby», de Susana Pérez-Alonso, que fue también la autora que más ejemplares firmó. El segundo puesto en la lista de ventas fue para «Mi querida España», de Antonio Jiménez, seguido en tercer lugar por «La gran aventura del reino de Asturias: así empezó la Reconquista», de José Javier Esparza. La cuarta obra más vendida fue «El tiempo entre costuras» de María Dueñas, y la quinta «El enigma de Ana», de María Teresa Álvarez.

Libroviedo cerró por tanto su edición más complicada, la decimoséptima, con un balance más que positivo y superando las expectativas.

Libroviedo se clausuró ayer a las nueve de la noche con música tradicional asturiana. La Banda de Gaitas «Ciudad de Oviedo», en la imagen, se encargó un año más de poner música a los últimos minutos de la ovetense feria del libro con su ya tradicional paseo por la carpa instalada en el Paseo de los Álamos. Mientras los gaiteros tocaban, el público apuraba los últimos minutos para hacer compras.