Oviedo no puede soportar por más tiempo a un Alcalde que se entiende como monarca absoluto cuya misión es defender a la nobleza de la ciudad. Gabino de Lorenzo ve con muy buenos ojos que el Gobierno del Principado de Asturias compre a la empresa Jovellanos XXI el solar del Vasco, por, al menos, diez veces más de lo que en su día el propio Ayuntamiento de Oviedo se la vendió a Jovellanos XXI, y no tolera ninguna crítica a esta operación.

El principal problema que tiene la ciudad de Oviedo es la gestión de un Alcalde que, frente a los intereses de los ciudadanos, entre ellos más de 18.200 parados, defiende únicamente el beneficio de sus empresarios de cabecera. Ante el cerco a Oviedo por parte de los empresarios afectos a la Alcaldía, el primer edil ha rendido la ciudad. El verdadero cerco es el que se produce contra el dinero de los contribuyentes, pretendiendo que se acaben pagando, sí o sí, los 190 millones de euros que iba a costar la operación del Vasco. Operación que finalmente tumbó la Unión Europea a raíz de la denuncia de IU-Verdes.

Todo vale con tal de perjudicar las arcas de Oviedo y de Asturias y beneficiar el bolsillo de los poderosos. El último capítulo de esta sangría es el convenio entre el Ayuntamiento de Oviedo y Comamsa para el pago de «Villa Magdalena», convenio que se ha firmado para evitar una resolución del justiprecio que se preveía mucho más favorable al Ayuntamiento que lo firmado. De paso, el Alcalde, con este «parking», arrasa el corazón histórico y comercial de la ciudad y destroza su pulmón, el Campo San Francisco.

Las operaciones del Palacio de Justicia del Vasco y del «parking» de Uría serán la tumba del gabinismo. No se nos olvidará a los ovetenses cuando toque votar. Gabino no puede decir: «Oviedo soy yo» porque, afortunadamente, ya no hay poderes absolutos. No estar de acuerdo con él no es ir contra la ciudad.