Pablo GALLEGO

La Esperanza estrena vestido. La imagen titular de la Cofradía de La Balesquida protagonizó ayer la procesión, a través de la plaza de la Catedral y hasta San Tirso el Real, con una nueva túnica blanca -compuesta por la saya, el corpiño y las mangas- y un manto verde donados por uno de los cofrades de la hermandad, fundada de forma oficial en el año 1232. «Quien la donó no quiso que se supiese su nombre, y vamos a mantener el secreto», aseguraba ayer, antes del traslado de la imagen, José Luis Felgueroso, vocal de la sociedad protectora de La Balesquida. Mientras, los miembros de la cofradía ultimaban el traslado de la imagen a San Tirso. Por segundo año consecutivo, bajo el sol y lejos de la lluvia. Una compañía meteorológica que parecía ya parte de la larguísima tradición de La Balesquida.

Sobre la saya, el corpiño y las mangas, confeccionadas por Toña España, Melchor Gutiérrez San Martín realizó los bordados que, desde ayer, revisten a La Esperanza. El artista, asentado en Venta de Baños (Palencia) es conocido por sus trabajos en la Semana Santa de León. «Entre este año y el siguiente bordaremos también el manto», adelantó Felgueroso. Celia Argüelles, camarera de la Virgen, fue la encargada de vestir a la imagen, que estrena también dos rosas de plata que cierran la bocamanga de la túnica.

Sobre las ocho menos veinticinco de la tarde, la procesión salía de La Balesquida rumbo a San Tirso. Un arco de laurel adornaba el pórtico de la capilla, que se sometió a una profunda limpieza el verano pasado. En las ventanas y los laterales del templo, estandartes y banderolas de la cofradía, con las tijeras distintivas del que fuera gremio «de sastres y alfayates», como se les denominaba en el siglo XIII.

La banda de gaitas «Xiranda» acompañó a la imagen, junto a sus fieles, en el trayecto frente a la Catedral. La Cofradía de la Balesquida -formada en la actualidad por unos 1.500 cofrades y 5.000 socios, según las cifras de la sociedad- custodia una tradición de 778 años. Las primeras reglas escritas datan de 1450, y recogen dos obligaciones de sus miembros: primero, sacar en procesión a la Virgen de la Esperanza, como pudo verse ayer. Después, la entrega del bollo y el vino, el próximo día 25, Martes de Campo.